Causó interés cuando se perfiló para suceder a Echeverría, al representar a México ante la ONU y al liderar, junto a Cárdenas, el cisma del PRI
Porfirio Muñoz Ledo fue espiado por la CIA (Agencia
Central de Inteligencia, por sus siglas en inglés) por más de una década.
El aparato de inteligencia estadounidense vigiló de cerca
sus movimientos entre 1974 y 1988: cuando se perfiló para suceder
a Luis Echeverría en la presidencia, cuando representó a
México ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y
cuando lideró, junto a Cuauhtémoc Cárdenas, el cisma del Partido
Revolucionario Institucional (PRI).
Así lo constatan documentos desclasificados que
son resguardados en el repositorio histórico de la CIA, el cual
fue revisado por El Sol de México a propósito del fallecimiento este
domingo del fundador del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y que en
sus últimos años se convirtió en uno de los liderazgos más críticos
de Morena y de la llamada Cuarta Transformación tras romper
con Andrés Manuel López Obrador.
El primero está fechado en diciembre de 1974 y en
este la agencia lo menciona como uno de los tres políticos, junto a
Mario Moya Palencia y José López Portillo, que se perfilaba para suceder
al presidente Luis Echeverría luego de obtener una eventual candidatura
del PRI para contender en las elecciones de 1976.
“A la izquierda del espectro político está el
secretario de Trabajo, Porfirio Muñoz Ledo, de 41 años. Un
asesor de confianza del Presidente que se dice tiene una gran
influencia en las iniciativas de política exterior de Echeverría (...).
Sus posibilidades de convertirse en Presidente dependen del respaldo
de los intereses conservadores, incluido el movimiento obrero organizado, que
actualmente parece no tener”, detalla el reporte titulado México: Sucesión
Presidencial.
Tras dejar el gabinete de López Portillo en 1977, regresó
a la vida pública en 1979 cuando fue nombrado representante
permanente de México ante la ONU, donde presidió en dos ocasiones el Consejo
de Seguridad en tiempos de la llamada Guerra Fría. Desde Nueva York, donde
las Naciones Unidas tienen su sede, Muñoz Ledo continuó en el ojo de
la CIA que para septiembre de 1982 reportaba sus
intenciones de convertirse en canciller bajo el mandato de Miguel de
la Madrid, quien acababa de ganar las elecciones presidenciales de ese año.
“También se sabe que el embajador ante la ONU, Porfirio
Muñoz Ledo, está buscando el puesto, pero sus vínculos con el
expresidente Echeverría y otros en el ala izquierdista del PRI juegan
en contra de su selección, a nuestro juicio”, se lee en un reporte más
extenso enfocado en los posibles rumbos que tomaría México en
materia exterior cuando llegara formalmente de la Madrid a Los
Pinos.
Para 1987, el político volvió a aparecer en la órbita de
la CIA. En esta ocasión el espionaje estadounidense aseguraba que en
marzo, tras pronunciar sendos discursos polémicos durante la celebración de
la XIII Asamblea Nacional Ordinaria del Partido Revolucionario
Institucional(PRI), tanto Muñoz Ledo como Cuauhtémoc Cárdenas se
exiliaron del partido.
“Se considera que los líderes nacionalistas de izquierda del Movimiento
de Renovación Democrática (MRD), Cuauhtémoc Cárdenas y Muñoz Ledo, se
encuentran en un exilio autoimpuesto del PRI luego de los discursos
en el Congreso Nacional del PRI”, se lee en el documento fechado en
septiembre de ese año.
En otro informe elaborado por la CIA en septiembre
de 1988, se indica que Muñoz Ledo y el Partido Acción Nacional(PAN) tenían
un plan para desconocer los resultados de la controvertida elección de ese año,
en un momento donde la autoridad electoral aún no certificaba oficialmente el
triunfo de Salinas y después, como bloque opositor, nombrar a un
presidente interino.
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