Expertos advierten que las finanzas públicas enfrentarán un escenario complicado en los próximos años, ya que no hay fondos para enfrentar los bajos ingresos tributarios.
Las finanzas públicas de México enfrentarán un
escenario complicado en los próximos años, ya que no hay fondos para enfrentar
los bajos ingresos tributarios y persisten dos importantes problemas: Pemex y las pensiones. Por ello, la próxima
administración deberá plantear una reforma fiscal en sus primeros
años, advirtieron expertos.
Carlos Hurtado, director general del Centro de Estudios
Económicos del Sector Privado (CESP), expuso que el próximo Gobierno, “del
color que sea”, va a recibir una restricción fiscal muy fuerte, porque en
los últimos cuatro años se han gastado prácticamente todas las reservas en un
contexto en el que los ingresos no crecen a la par de los gastos y la deuda.
Advirtió que, con base en datos de las autoridades, la deuda
al final del sexenio habrá crecido más de 50 por ciento en términos nominales.
“El Gobierno que llegue le va a dar una papa caliente,
como ha pasado en muchísimas transiciones”, alertó.
Janneth Quiroz Zamora, directora de análisis económico,
cambiario y bursátil en Monex Grupo Financiero, advirtió que el panorama
interno sobre las finanzas públicas es complicado. “Hacia adelante
hay dos bombas de tiempo: Pemex y las pensiones”, dijo.
“Está sobre la mesa la posibilidad de que casi iniciando (el
próximo gobierno) veamos una reforma fiscal”. Recordó que se había planteado la
posibilidad de hacerla en el tercer año de esta administración, pero el
“colchón” que dio el Impuesto Sobre la Renta (ISR) permitió que no se realizara
y tampoco se espera que pase en lo que queda del sexenio.
“Una gran ventaja de la relocalización pudiera ser este
beneficio a la ISR por parte de las manufacturas, pero eso va a llevar
tiempo”, indicó.
Juan Carlos Alderete, director ejecutivo de análisis
económico y estrategia financiera de Banorte, señaló que el reto fiscal será un
problema dentro de los próximos cinco o 10 años, pues sin la reforma se tendrán
que recortar gastos en otros rubros que se necesitan para dinamizar el
crecimiento económico.
“De corto plazo la mejor solución sería transitar hacia un
marco fiscal en el cual los impuestos al consumo, en particular lo que tiene
que ver con el IVA en vez del ISR dado los altos niveles de informalidad
de la economía mexicana, ayuden a tener una mejor base tributaria para no tener
que generar la situación que unos pocos pagan mucho”.
Finalmente, Carlos Serrano, economista en jefe en BBVA México, insistió
en que México requiere una reingeniería fiscal, porque durante décadas ha sido
mal recaudador. Enfatizó que hay tiempo para hacer la reforma porque hay
espacio fiscal para ello, pues no previó una crisis fiscal al final del sexenio
y se tiene un nivel de deuda manejable.
También instó a repensar el marco fiscal, “porque hoy los
estados y municipios no recaudan y solamente viven recibiendo participaciones,
cuando los impuestos más fáciles de recaudar a nivel mundial son impuestos
locales, como tenencia y predial”.
A la par, sugirió cambiar el modelo de negocio de Pemex porque
cada vez va a representar más gastos. “Debería invertir menos dinero en
refinar, que es donde se pierde dinero, y más explotar con el sector privado”,
concluyó.
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