El presidente de la Federación de Militares Retirados alerta que los elementos pueden ser cooptados por el crimen organizado
A pesar de que el presidente Andrés Manuel López Obrador
mantiene una cercana relación con las Fuerzas Armadas, las bajas de elementos
se duplicaron. Entre enero de 2019 y septiembre de 2021, 21 mil 855 soldados
causaron baja por mala conducta, deserción, rescisión de contrato y baja
voluntaria, mientras que durante los últimos tres años de gobierno de Enrique
Peña Nieto se dieron 11 mil 116 bajas por las mismas causas, según muestran
documentos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Sin embargo, estos militares –que se desconoce si
pertenecían al área administrativa u operativa–, al tener instrucción en el uso
de armas, habilidades de operaciones de combate, conocimientos de la seguridad
interior, entre otros, corren el riesgo de ser cooptados por el crimen
organizado o ser obligados bajo amenazas para coludirse con ellos.
Uno de los problemas de los militares que causaron baja es
que, a pesar de tener todos estos adiestramientos, las ofertas laborales son
limitadas. Las actividades que pueden desempeñar es ser escoltas personales, en
empresas de seguridad o ejercer algún oficio, pero los sueldos y prestaciones
son menores.
Por esta razón la delincuencia organizada se aprovecha al
verlos vulnerables. “Las opciones laborales que tienen es de acuerdo a su
especialidad… La mayoría que causan baja se va empresas de seguridad donde son
mal pagados”, explica Rafael Bustos, presidente de la Federación de Militares
Retirados Francisco J. Mujica.
En grupos de redes sociales de Facebook, WhatsApp y más, de
militares activos y retirados, abundan las propuestas de trabajo, sobre todo en
seguridad privada o escoltas. Sin embargo, algunas supuestas ofertas con bonos
y salarios superiores a los que recibían en las Fuerzas Armadas incumplen con
lo que prometen; peor aún, otras son fachada para engancharlos con grupos
criminales.
Aunque ése no es el único modus operandi. En las cercanías
de los campos militares hay personas entregando panfletos o propaganda
publicitaria ofreciendo este tipo de empleos, pero también es para cooptarlos.
“Existen empresas de
seguridad, entre comillas, que no es su situación, que se dedican al
reclutamiento, donde la delincuencia organizada trata de captar la mayor
cantidad de miembros del Ejército en activo o de baja que andan solicitando
empleo para empresas privadas. Los contratan ofreciéndoles un buen sueldo,
supuestamente de empresas serias y resulta que sin saber ellos se ven
involucrados en actividades delictivas”, asegura el presidente de la Federación
de Militantes Retirados.
Rafael Bustos explica que muchos elementos retirados, por la
necesidad de trabajar, acuden a estos puntos de las ofertas laborales. Ahí les
dan a firmar un contrato falso y sin desearlo se ven inmiscuidos con los grupos
criminales. No obstante, al percatarse de la trampa, si se niegan a colaborar,
son amenazados, lo mismo que sus familias, al tener su información personal en
los supuestos contratos.
“Normalmente la delincuencia se dedica a amenazarte a ti y a
tu familia. Por desgracia, al momento de la entrevista dejas tus datos
personales y ya los tienen ubicados. Amenazan a algunos compañeros que no
aceptan sus condiciones, y hemos notado con tristeza que los asesinan, los
torturan. Algunas veces logran sobrevivir y otras veces no”, lamenta.
Miguel Ceja aún recuerda el día que decidió retirarse de la
Sedena. Esa mañana, a punto de subir un pie a una camioneta, vio a sus
compañeros que entraron al cuartel tras un patrullaje, pero observó que no sólo
volvían con los cartuchos vacíos. También traían el cuerpo de uno de ellos sin
vida.
“Estoy completo, mejor me retiro antes de irme con una
discapacidad o a lo mejor muerto”, pensó. Así que pidió su baja voluntaria
durante el mandato de Peña Nieto.
Las bajas voluntarias entre el último trienio peñista y la
primera mitad morenista aumentaron al pasar de dos mil 585 a tres mil 650.
A su vez, las rescisiones de contrato se dispararon al
crecer en el mismo lapso de cuatro mil 627 a 15 mil 908. Por su parte, las que
se originaron por mala conducta disminuyeron de 233 a 196, lo mismo que las
deserciones que bajaron de tres mil 671 a dos mil 101.
Ceja relata que muchos de los soldados no sólo son cooptados
cuando se retiran o son dados de baja, sino que los enganchan desde que están
en servicio, ofreciéndoles mujeres y dinero. “Se las ponen para caer en la
tentación y empezar, para que haya una negociación. Los deslumbran las mujeres
y el dinero”, explica.
Durante su sexenio, López Obrador ha mantenido una fuerte
cercanía en el discurso y en los hechos con las Fuerzas Armadas, a quienes no
solamente elogia sino también ha delegado tareas que antes estaban en manos de
civiles. De acuerdo con el Inventario Nacional de lo Militarizado, que publica
el CIDE, a los soldados y marinos se les han asignado 127 funciones entre 2007
y 2021 en al menos 10 campos que nada tienen que ver con la disciplina militar
como salud, educación, obras públicas y política social.
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