Las princesas mexicas heredaron tierras y servidumbre indígena, sin embargo, fue el capitán español quien decidiría su futuro
Al ser gobernante del imperio más importante de
Mesoamérica, Moctezuma Xocoyotzyn tuvo una amplia descendencia. Sin
embargo, no todos sus hijos vivieron la misma suerte tras la caída de
México-Tenochtitlan.
Cuando ocurrió ocurrió el sitio del palacio de Axayácatl,
mejor conocida como la Noche Triste, la princesa de Tlacopan, Tecuixpo
Ixtlaxóchitl era apenas una niña.
En medio de la rebelión, la pequeña de 11 años fue unida en
matrimonio con su tío Cuitláhuac, quien luego de asumir el mando de su
pueblo y encabezar la resistencia, moriría por causa de la viruela. Luego de su
deceso, Tecuixpo se casó con Cuauhtémoc, quien perdería la vida en manos
de los invasores eutopeos.
Sin embargo, ninguno de estos matrimonios ha sido
comprobado. Lo que sí se sabe es que antes de morir, Moctezuma cedió la
custodia de algunos de sus hijos e hijas a Hernán Cortés.
Cuando el capitán español regresó al Valle de México, en
1526, otorgó a Tecuixpo, bautizada con el nombre de Isabel, y a sus
descendientes los beneficios e ingresos del pueblo de Tacuba, con un total
de 1,240 casas y miles de indios vasallos.
“La corona aprobó la donación y las mercedes a los otros
hijos de Moctezuma, con la esperanza de que sus herederos no reclamaran
mayores bienes”, señala un texto de la investigadora Raquel Sagaón Infante.
Lo anterior significó que los descendientes del tlatoani
mexica se convirtieron en encomenderos, más nunca en caciques. Es decir, la
gente y la tierra no eran de su propiedad, sólo se beneficiaban de su tributo.
Isabel Moctezuma se casó de nueva cuenta, sin embargo, su
esposo ahora sería un español de nombre Alonso de Grado. Posteriormente,
en 1528, la princesa mexica enviudó cuando tenía sólo 19 años.
Hernán Cortés la hizo parte de su grupo de concubinas indias,
no obstante, la joven quedó embarazada. Ante dicho imprevisto, el capitán
español hizo los arreglos para otro matrimonio, eligiendo en esta ocasión
a Pedro Gallego de Andrada y aproximadamente cuatro o cinco meses más
tarde, Isabel tendría a su hija ilegítima, llamada Leonor Cortés
Moctezuma.
Meses después del nacimiento, la hija del emperador mexica
enviudó. No obstante, Cortés volvió a concretar una unión, esta vez
con Juan Cano de Saavedra. En el último matrimonio de Isabel, fueron
procreados cinco hijos de nombres: Gonzalo, Pedro, Juan, Isabel y Catalina.
Moctezuma II tuvo más hijos, entre los que se encuentran
doña Leonor y don Pedro.
Aunque las tierras cedidas a las princesas mexicas fue
iniciativa de Cortés, investigadores plantean que los españoles buscaban
la dote de las hijas del antepenúltimo tlatoani del imperio mesoamericano.
A cambio de los territorios y la servidumbre a su
disposición, la realeza mexica tuvo que desempeñar un papel de
intermediarios entre autoridades novohispanas y los naturales, así como apoyar
la evangelización.
De acuerdo con la explicación de especialistas, la
continuidad de la nobleza indígena se fundamenta en que los españoles eran
pocos, por lo que contaban con limitada capacidad de acción.
“Se habían colocado en una posición dominante, pero no
podían ni querían encargarse de las infinitas tareas de gobierno que
demandaba un país tan grande y variado”
Entre todos los miembros privilegiados de los pueblos de
Mesoamérica, los documentos del Archivo General de Sevilla señalan que los
descendientes de Moctezuma II fueron quienes tuvieron un mayor reconocimiento.
“A don Pedro no se le dio encomienda; sin embargo, sus
descendientes gozaron de título real y de una renta vitalicia”
Por su parte, a doña Leonor le fue proporcionado como dote y
arras la jurisdicción de Ecatepec en el año de 1527, cuando
contrajo matrimonio por primera ocasión con el “conquistador” Juan Paz.
La princesa nahua enviudó tiempo después y contrajo nuevas
nupcias con otro español, Cristóbal Valderrama, quien mantuvo la
encomienda hasta su muerte, en 1537.
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