En exclusiva para El Sol de Toluca, la artista compartió parte de su experiencia profesional, así como también algunos detalles de la actividad que presentó durante la “Noche de Museos”, dedicada a la Revolución Mexicana.
De formación autodidacta, la artista aseguró que el arte para ella es una forma de terapia, puesto que asegura padece de trastorno bipolar; “esto es mi terapia, en la pintura puedo encontrar un estado de eutimia, así se le llama en términos médicos, que quiere decir ‘ánimo perfecto’ o equilibrio total”, refirió.
De igual manera, aseguró que además del tratamiento médico, encontró en la pintura un punto de equilibrio emocional que le permite expresar de manera libre su sentir y pensar. Por otra parte, subrayó que a través de su obra busca “que las personas puedan dar cuenta que a través de la pintura se puede manejar las emociones, estados de ánimo, carácter, en fin, es una manera de explayarse y expresar una libre creencia, pues no hay límites”.
Destacó que su estilo pictórico se considera “expresionismo abstracto” y su mayor influencia es Jackson Pollock. “Estuve estudiando en la Academia San Carlos unos meses, porque no aguanté, no me gustaba pintar modelos o paisajes o bodegones, porque hay límites en lo que puedes o no hacer y yo, como artista bipolar, busco la libertad en el lienzo”, puntualizó.
Recordó que “por azares del destino” descubrió el movimiento de la pintura cuando ésta se desparrama, y a partir de ese momento se dio cuenta que lo suyo era “tirar la pintura”. Después de múltiples exposiciones en importantes recintos culturales de la capital del país, Yanihe Retuerta cuenta que ella misma mandó a hacer pinceles especiales que le permitieran moverse con mayor libertad sobre el lienzo para crear figuras a partir de distintas técnicas como el goteo, dripping, movimiento del lienzo, etc.
Para la pintura en acción realizada en el Museo de Arte Moderno, la artista inició “fondeando” el bastidor con negro para darle matiz. Más tarde y con ayuda de un par de voluntarias, la artista comenzó a perfilar en el bastidor algunas luces y sombras con tonos vivaces, le dio movimiento a la pintura y finalmente equilibró los colores para culminar con una pieza vívida, expresiva y única.
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