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martes, 25 de julio de 2017

Grupos étnicos del estado de México


La procedencia de los mazahuas y la época en que éstos llegaron al Valle de México son relacionadas con una de las cinco tribus de la migración chichimeca comandada por Xólotl, ocurrida en el siglo XIII, por el año 1924.
La palabra mazahua es un vocablo nahua que significa "gente del venado". Las raíces del pueblo Mazahua provienen de la fusión racial y cultural de los asentamientos tolteca - chichimecas.

El pueblo Mazahua o jñatjo es el más numeroso de la entidad, al haber registrado en el II Conteo Intercensal de Población y Vivienda 2005 a 95,411 personas hablantes de su lengua.

Se encuentran asentados en la región noroccidental y centro-occidental del estado, mayoritariamente en 13 municipios rurales que son: Villa Victoria, San Felipe del Progreso, San José del Rincón, Donato Guerra, Ixtapan del Oro, Villa de Allende, Almoloya de Juárez, Ixtlahuaca, Temascalcingo, El Oro, Jocotitlán, Atlacomulco y Valle de Bravo. Desde principios del siglo XVI, los Mazahuas han ocupado esta zona, que está integrada por una serie de montañas, lomas y valles en los que predomina el clima frío.

De los municipios donde se asienta el pueblo Mazahua, nueve tienen un alto grado de marginación: Villa Victoria, San Felipe del Progreso, San José del Rincón, Donato Guerra, Ixtapan del Oro, Villa de Allende, Almoloya de Juárez, Ixtlahuaca y Temascalcingo; dos, un grado medio: El Oro y Jocotitlán; y dos un grado bajo de marginación: Atlacomulco y Valle de Bravo, lo que significa que se trata de una región y un pueblo con grandes necesidades sociales y económicas. Algunos de estos municipios (San Felipe del Progreso, San José del Rincón, Villa Victoria y Villa de Allende), tienen población predominantemente Mazahua.

En los trece municipios citados se localizan 427 comunidades con diez y más hablantes, de cinco años y más, de la lengua Mazahua.

La economía de las comunidades Mazahuas se basa en la agricultura de bajo rendimiento, particularmente de maíz, cuyo cultivo constituye su actividad económica fundamental, la cual se complementa con los ingresos obtenidos por la elaboración de artesanías, así como los que consigue la población migrante, en actividades de los sectores secundario y terciario en las ciudades.

La falta de empleos, el bajo rendimiento de la parcela agrícola y la presión demográfica, son causa de la migración tanto temporal como permanente, de hombres y mujeres mazahuas hacia los centros urbanos, principalmente a las zonas metropolitanas de las ciudades de Toluca y México.

En materia educativa, la población Mazahua tiene dificultades originadas por causas económicas y sociales para concluir la educación primaria, lo que genera elevados índices de deserción escolar. Por ello, se reduce el número de jóvenes mazahuas que estudian la secundaria; y, más aún, el de los que continúan y concluyen su instrucción media superior o superior.

En lo que respecta a salud y asistencia médica, en la región mazahua el gobierno ha realizado continuos esfuerzos para dotar de este servicio a las comunidades que se localizan más allá de las cabeceras municipales. Sin embargo, los programas no han podido responder a la dimensión de las necesidades reales de la población, debido al número, dispersión y difícil acceso a las comunidades, así como a la falta de recursos humanos y presupuestales suficientes.

El alto índice de fecundidad mazahua tiene su origen en factores como la reducida aceptación que hasta ahora han tenido los programas de planificación familiar, el analfabetismo y las condiciones de pobreza en que viven la mayoría de las familias; así como en factores de carácter sociocultural, que limitan el avance de dichos programas.

El vestido de la mujer mazahua, que constituye una preservación cultural, está compuesto de falda de manta blanca que remata con bordados de motivos zoomórficos o florales. Sobre esa falda, usa otra de satín, de colores fuertes, como el amarillo, el rosa mexicano, el morado, el verde, el lila y el azul rey. La mujer mazahua también utiliza una faja de lana muy larga, hecha a mano, que alcanza para darle varias vueltas a su cintura. La blusa es del mismo material y color que los de la falda. El vestido se adorna con un collar de cuentas de papelillo, de numerosos hilos, cuyo color contrasta con el de aquél. El adorno se complementa con grandes arracadas de filigrana y con cintas que utiliza en sus trenzas, que pueden ser de color rojo, verde o guinda.

El pueblo Mazahua ha conservado sus expresiones culturales mediante la lengua, la tradición oral, la música, la danza y las artesanías; su forma de vestir, su visión del mundo y sus prácticas rituales y religiosas, las cuales han sido transmitidas de una generación a otra, y más recientemente en su Centro Ceremonial. La lengua materna constituye el principal vínculo de comunicación e identidad dentro de la familia y la comunidad. Sin embargo, cada vez son más frecuentes los casos de niños que ya no aprenden o que ya no hablan su lengua materna.

En la organización social tradicional de las comunidades mazahuas, destacan las figuras vinculadas a sus prácticas religiosas, como los mayordomos, fiscales y mayordomitos, que son elegidos de acuerdo a sus costumbres y con la periodicidad que marca el cargo. Sus funciones, por lo general se refieren a la organización de sus ritos y festividades.


MATLATZINCA

Matlatzinca es un nombre usado para referir a diferente grupos étnicos indígenas en Toluca Valle en estado de México, localizado en las montañas centrales de México. El término se aplica al grupo étnico que habita el valle de Toluca y a su lengua, Matlatzinca.
Cuando está utilizado como ethnonym, Matlatzinca refiere a la gente de Matlatzinco. Matlatzinco era el término Aztec (del náhuatl) para el valle de Toluca. El capital político del valle también fue referido como “Matlatzinco; ” ésta era una ciudad grande del las cuales ruinas se conocen hoy como el sitio arqueológico Calixtlahuaca. En los tiempos de Prehispanic el valle de Toluca era el hogar a los altavoces por lo menos de cuatro idiomas: Otomi, Matlatzinca, Mazahua, y Náhuatl. Así los altavoces de ninguno de estos idiomas se podrían llamar “Matlatzinca” si residieron en el valle de Toluca. Cuando las fuentes históricas nativas Aztec o los cronistas españoles refieren “al Matlatzinca” no está a menudo claro donde significan a los locutores de la lengua de Matlatzinca, a la gente del valle de Toluca, o aún a habitantes de Calixtlahuaca.

Los Matlatzincas centran su economía en la agricultura de temporal y en menor proporción en la de riego; cultivan maíz, fríjol, chile, cebada, avena, trigo, haba, papa y chícharo, los tres últimos con fines mercantiles y de autoconsumo. Es importante destacar la diversidad de cultivos en que se ocupa este pueblo, lo que le permite obtener ingresos económicos. Practican también, aunque en menor medida, la cría de borregos, cabras y especies menores. No obstante lo anterior, también se registra el fenómeno migratorio de los Matlatzincas hacia las áreas metropolitanas de las ciudades de Toluca y de México, para emplearse temporalmente en las actividades de la economía informal.

Entre los Matlatzincas subsisten costumbres y conocimiento de la medicina; también acuden a Teotenango “capital Matlatzinca” y a la cumbre del Nevado de Toluca a efectuar ritos asociados con la petición de lluvias a la divinidad.

Su organización social tradicional está vinculada a los aspectos religiosos, pues tienen figuras relevantes como las del mayordomo, fiscal, fiscalitos y topiles que tienen como obligación organizar y financiar las celebraciones de los santos tutelares y otras festividades similares, además de otros cargos de índole civil.


OCUILTECO

Las poblaciones tlahuicas
Las lenguas ocuilteca y matlatzinca constituyen la familia Matlatzinca, que forma parte del tronco Otopame. Algunos especialistas consideran que ambas lenguas se diferenciaron hace unos mil quinientos años, hasta llegar a constituir dos idiomas independientes, aunque íntimamente relacionados.

De acuerdo con el Censo general de población de 1990, en el Estado de México había 1205 hablantes del matlatzinca mayores de cinco años, mientras que a nivel nacional el número se incrementaba a 1452. Por su parte, la población de cinco años y más que habla el ocuilteco fue de 642 individuos, y a nivel nacional el número se elevó a 755. El total de los ocuiltecos son bilingües, mientras que sólo siete matlatzincas hablan únicamente su lengua materna. Quizá el alto grado de bilingüismo prevaleciente en ambos grupos ha dado lugar a que en los censos de población se verifique un subregistro, por lo que muchos matlatzincas y ocuiltecos han sido considerados como no indígenas.

Ambos grupos étnicos, conocidos genéricamente como tlahuicas, viven confinados en sólo dos pueblos del Estado de México, los matlatzincas habitan en San Francisco Oxtotilpan y los ocuiltecos en San Juan Atzingo. San Francisco Oxtotilpan pertenece al municipio de Temascaltepec, limítrofe con los de Valle de Bravo, Amanalco, Zinacantepec y Zacazonapan. El poblado está situado a 30 km al sur de Toluca, capital del Estado de México. Se encuentra enclavado en un pequeño valle al pie del Nevado de Toluca, a 3 000 rnsnm. Debido a esta circunstancia, el clima es frío, con temperaturas que en el invierno llegan a descender hasta los 15°C bajo cero.

NAHUAS

Los Nahuas o Naua arribaron al centro de México, y por tanto a tierras que posteriormente formarían parte del Estado de México, después de los chichimecas y constituyeron, como anota Clavijero, “... siete tribus de una misma nación... los Xochimilcas, Cholcas, Tepanecas, Colhuas, Tlahuicas, Tlaxcaltecas y Mexicanos” . Edificaron un impresionante poder económico, administrativo y guerrero en todo el valle de México que perduró hasta la llegada de los conquistadores españoles, quienes impusieron a los pueblos indios una nueva forma de vida y de organización de la sociedad, basada en la explotación de los recursos humanos y naturales, característicos del coloniaje.

Bajo la denominación nahua se incluye también a los sub-grupos chitonahua, morunahua, chandinahua y maxonahua o cujareño, que viven en aislamiento. Los nahuas del Mishagua, en contacto desde hace trece años, son conocidos también regionalmente como sharas y parquenahuas, y los yaminahuas se dirigen a ellos con el término "yabashta".La población estimada aproximada es de 450 personas, no censada, incluyendo todos los sub-grupos mencionados.


OTOMIES

No hay certeza sobre el significado preciso del vocablo otomí. En otomí, otho significa no poseer nada, y mi, establecerse. Estas dos palabras podrían interpretarse como pueblo errante. También se puede considerar que otomí proviene del náhuatl otocac, el que camina, y mitl, flecha; asimismo, se puede derivar de totomitl, flechador de pájaros o aves. Si tomamos en cuenta los distintos significados, el término otomí se puede definir como "cazadores que caminan cargando flechas". En su lengua, los otomíes se autodenominan Hña Hñu, que significa hablantes de otomí o gente otomí.

Localización
Apegándonos al criterio lingüístico, los otomíes habitan en 14 de los 121 municipios del Estado de México. En orden de importancia están Toluca, Temoaya, Jiquipilco, Morelos, Otzolotepec, Chapa de Mota, Lerma, Aculco, Amanalco, Huixquilucan, Xonacatlán, Timilpan y Zinacantepec. La mayoría de estos municipios se ubican en dos regiones: la noroeste, Atlacomulco-Timilpan, y la región centro, Toluca-Lerma.
Las características del hábitat de los otomíes son variadas, pues cuenta con valles, bosques y montañas. La planicie más alta es el valle de Toluca, con una altura de 2 683 msnm; al noroeste se encuentran valles como Acambay, Tixmadejé, Plan de San Bartolo y El Pastor. La región es atravesada por el monte de las Cruces, la sierra del Monte Alto y Monte Bajo, así como la sierra de San Andrés Timilpan, y es irrigada por el río Lerma. Los climas predominantes en la región son el templado subhúmedo y frío, las lluvias se presentan en verano y las heladas en invierno.


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