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jueves, 15 de junio de 2017

Ellos mataron a Valeria


El jueves 8 de junio, el padre de Valeria trataba de protegerla de la lluvia y la subió a una combi de la ruta 40 para que llegara sin mojarse hasta su casa, él alcanzaría a la niña metros más adelante pues venía en bicicleta. La perdió de vista. Él llegó al destino, la lluvia terminó, pero Valeria no apareció.
“Ni un feminicidio más”, “vamos a cuidar a nuestras mujeres”, “nos lastima la violencia que hay contra ellas”. Todos los candidatos al gobierno del Estado de México usaron el tema de los feminicidios como una promesa de campaña. Los seis. Y sólo cuatro días después de la elección, el asesinato y violación de Valeria, de 11 años, evidenció que nada ha cambiado y que acabar con el grave problema que enfrenta la entidad, no es más que un slogan de campaña.

Nezahualcóyotl es uno de los 11 municipios del Edomex donde desde el 2015 se declaró la alerta de género. Uno de los 5 con más muertes violentas de mujeres entre los 12 y los 35 años. Valeria era aún más joven que eso.

Unas horas después de que la estudiante de sexto de primaria no apareció, sus padres comenzaron a buscarla, llamaron a la policía, pero las autoridades tardaron horas en activar la Alerta Amber y no hubo tiempo de salvarla. Valeria fue víctima de su asesino y víctima de la negligencia y la indolencia de un gobierno que ha dejado que el estado por el que se pelearon durante meses todos los partidos políticos, que ha sido llamado “la joya de la corona”, sea también el estado con más riesgo para una mujer.

“Ellos tenían la obligación de llevarme a buscar, peinar el área, calle por calle, pudimos haber encontrado a mi hija muy fácil, pero no se quisieron tomar el tiempo”, acusó Jacqueline Ortiz, mamá de Valeria, una de las 325 que han perdido una hija entre 2016 y 2017 en el Edomex, ya con la alerta de género, una medida que no ha mitigado el problema.

El viernes 9 de junio Valeria fue hallada sin vida al interior de esa combi de la nunca bajó. Las investigaciones señalan que fue violada presuntamente por el mismo chofer que vio a un padre subir a su hija a su transporte para evitar que se mojara, que sabía que podría reconocerlo, que tendría al menos una descripción de la combi. No le importó arriesgarse a cometer un crimen en un estado donde sólo se ha conseguido condena por 2 de cada 10 feminicidios reportados. ¿Qué más da apostarle a la impunidad con un gobierno que la ha dejado como huella indeleble?

Sólo la presión de los medios y la sociedad indignada que ha salido a manifestar su hartazgo provocó que el chofer fuera localizado y detenido. Es una medida de castigo y no de prevención.

Alfredo del Mazo, hasta ahora el virtual ganador y próximo gobernador, dijo en su campaña: “no es admisible que haya un solo feminicidio más en el Estado de México”, y 100 horas después de presumir haber conservado para el PRI ese territorio, el asesinato de una niña que ni siquiera había terminado la primaria, hizo eco del desinterés que los gobernantes de esa entidad en proteger a aquellas que usan como botín político durante cada campaña.

“El Estado de México, el municipio, es responsable de la muerte de mi hija, es responsable porque no hicieron nada”, acusa su mamá. Para ella, a pesar de que hay un detenido, ellos mataron a Valeria.

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