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jueves, 8 de junio de 2017

274 periodistas

De su asesinato nos separan 24 días. Es extraña la manera en la que sigue presente Javier Valdez. Al presidente Enrique Peña Nieto la indignación le duró dos días, a los gobiernos estatales tres, a los medios nacionales de comunicación un poco más y a los periodistas de Sinaloa aún les cala profundo.

Con el paso de los días se digiere, se asimila, pero no se supera el vacío de alguien indispensable en la vida periodística de una comunidad. Ayer, 274 periodistas sinaloenses firmaron una carta dirigida a las autoridades responsables –desde el presidente hasta los alcaldes de los 18 municipios del estado– en la que exigen justicia, se desmarcan de las grandes convocatorias y expresan su sentir.

La carta comienza con una consigna: “Hemos imaginado un Sinaloa distinto y creemos que nuestro trabajo periodístico contribuye a construirlo. No vamos a dejar que nos lo arrebaten, ni de la imaginación”. Los ideales por encima de las dificultades de reportear en campo, de investigar en uno de los estados más hostiles del país.

Le sigue el reclamo: “Hemos dicho tantas veces YA BASTA, por crímenes de periodistas y ataques a la libertad de expresión, resoplando en manifestaciones y marchas, encarando a las autoridades, siempre sin obtener respuestas. Nosotros gritamos YA BASTA porque creemos en la palabra, trabajamos con ella todos los días, no vamos a permitir que otra vez se repita la historia de impunidad, sólo porque para ustedes las palabras dejaron de existir como compromiso y acción”.

Las dos palabras usadas la semana pasada por grandes medios de comunicación, en una consigna nacional: “Ya basta”, toman un significado distinto cuando la dicen reporteros que caminaron las mismas calles que Javier.

Sigue una lista de nombres, de personas a las que no les importa: “Enrique Peña Nieto, Miguel Ángel Osorio Chong, Raúl Cervantes Andrade, Ricardo Sánchez Pérez del Pozo, Quirino Ordaz Coppel, Juan José Ríos Estavillo y Jesús Valdés Palazuelos están obligados a dar respuestas ciertas sobre el asesinato de Javier Valdez. No vamos a permitir que otra vez se hagan los sordos y ciegos, resguardándose tras la careta de una solidaridad fingida, porque se debe dar justicia, verdad y la no repetición”.

¿Qué significa que un gobierno tenga miedo? En México gobernar es un riesgo, porque vivir en nuestro país también lo es. Por último, los 274 periodistas lanzan una última piedra al río de la impunidad, que por lo menos la intranquilidad acompañe la cabeza de las autoridades. Que por un momento se detengan y sepan que, en Sinaloa, como decía Javier Valdez, el mayor peligro de un periodista es estar vivo.

“Es inadmisible que en las agresiones y crímenes esté involucrado el gobierno, por complicidad y corrupción, o por omisión al presentar una investigación ministerial incompleta. YA BASTA, insistiremos. Si cada ciudadano no tiene paz, ustedes tampoco merecen tenerla. Hagan su trabajo. Honren la palabra. Corran el riesgo de gobernar. Asuman el miedo. Nosotros lo estamos haciendo”.

No es una carta más. Es una carta de los más cercanos. De los maestros, de los alumnos, de los amigos, de los que aún les cala profundo su ausencia.

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