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domingo, 25 de septiembre de 2016

México: ¿Crisis de desconfianza ciudadana hacia la política?




México: ¿Crisis de desconfianza ciudadana hacia la política?
René López de la Torre
Colaborador del Mexiquense Valle de Zumpango
Y estudiante egresado de la carrera de
Ciencia Política de la Universidad Autónoma Metropolitana
Unidad Iztapalapa.

El pasado dos de septiembre del presente año la corporación Latinobarómetro, encargada de analizar la situación económica, política y social de los países de América Latina, dio a conocer el informe “El declive de la democracia”. En él, a grandes rasgos, se confirma algo que a lo largo de los últimos años se ha acentuado en la recién democracia mexicana: la desconfianza ciudadana hacia los políticos y, por ende, a la política en general.
Durante el periodo de tiempo que analiza el reporte, el presidente Enrique Peña Nieto ha disminuido en un 10% su índice de aprobación ciudadana, pasando del 35% en 2015 al 25% en 2016. Esto se explica a razón de varios sucesos que se han presentado durante ese periodo de tiempo, destacando el conflicto magisterial en varios Estados del sur del país, la devaluación del peso mexicano y los casos de corrupción dentro del gobierno federal.
Este bajo índice de aprobación forma parte de un problema mayor; el reporte indica que 46% de los ciudadanos estarían dispuestos a tolerar un gobierno no democrático si resuelve sus problemas económicos. La idea de un gobierno no democrático implica el uso de la “mano dura”, la cual, 44% cree que es necesario aplicarla en diversos ámbitos de la vida pública nacional.
En nuestro país, la crisis de desconfianza de los ciudadanos hacia lo político y a la política en general no es algo nuevo. Si bien debemos recordar que, a través de reformas políticas e institucionales, se logró el cambio electoral y la alternancia en el poder ejecutivo federal en el año 2000, ha habido pendientes que pueden considerarse como un compendio de lo que sería la reforma del Estado mexicano.
El problema que hoy enfrentamos conlleva a un análisis exhaustivo sobre lo que hemos hecho a lo largo de las últimas cuatro décadas y sobre los pendientes que tenemos que enfrentar todos los ciudadanos en conjunto con las instituciones públicas. La serie de reformas tienen que ir encaminadas a crear un espacio para la expresión ciudadana dentro del ámbito público, la creación, a largo plazo, de una cultura política participativa y la consolidación del Estado de Derecho.
Sobre la actual Ley Federal de Consulta Popular, es necesario tomar las experiencias locales y buscar adecuarla a la realidad actual promoviendo programas de cultura democrática que permitan a los ciudadanos poder participar y proponer iniciativas de gran calado.
Por otro lado, es necesario reforzar los programas educativos basados en los valores cívicos y profundizar la labor de los institutos locales electorales que son, debido a la influencia histórica heredada del corporativismo mexicano postrevolucionario, fundamentales al promover diversos talleres y cursos relativos a la incidencia política ciudadana.
La democracia mexicana está en un momento de crisis, pero, a su vez, de una oportunidad histórica de consolidarse. Para ello, requiere de la voluntad de los ciudadanos y de los actores políticos que busquen las soluciones para vivir en paz y en armonía que son los valores apreciados en cualquier democracia consolidada.






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