Por: Cynthia Ramírez Noriega
Fue el pasado 18 de agosto del presente año cuando el periódico Excélsior dio a conocer el descubrimiento de una fosa clandestina, en donde se encontraron restos óseos humanos y residuos de prendas de vestir; la zona del hallazgo fue ubicada dentro de las instalaciones de una ex-estación de trenes del municipio de Huehuetoca, mismas que al parecer son identificadas como una lumbrera. La zona asegurada se sitúa en el barrio de San Bartolo del mismo municipio.
Tras los hechos, el procurador de Justicia del Estado de México, Alejandro Gómez Sánchez dio a conocer en una conferencia de prensa, que los primeros vestigios fueron encontrados durante la primera quincena del mes de julio, mientras el personal del ayuntamiento realizaba obras de limpieza en la zona ahora asegurada. Lo importante a resaltar de este primer hallazgo fue el alto grado de descomposición que presentan los restos y la identificación en el cuerpo de, lo que al parecer, es un impacto de bala.
La nota refiere que debido a esto, la búsqueda continuó y a finales del mismo mes hubo una segunda extracción; posterior a ello se realizaron excavaciones a una profundidad de 30 metros, las cuales dieron como resultado el descubrimiento de, hasta ahora, doce bolsas con restos óseos, principalmente restos humanos; por lo que se especula se habla de entre diez y doce personas
El procurador de justicia declara que las investigaciones continuaran, buscando determinar la identidad de las víctimas, así como si se encuentran dentro de los datos de personas desaparecidas (no sólo del estado sino de otros lugares del país). Por el tiempo de descomposición se piensa, los restos han estado en el lugar por lo menos durante seis meses, por lo que la investigación abarcara pruebas de balística, genética, odontología forense, criminalística de campo, antropología forense y fotografía; pruebas que pretenden identificar datos relevantes para la investigación.
El nuevo aire que se respira en Huehuetoca
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