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lunes, 14 de diciembre de 2015

“Prepárese para el dólar a 20”


Por Carlos Mota



Tan pronto amaneció el viernes el Banco de México tuvo que salir a defender al peso mexicano, utilizando los dos mecanismos de subastas que tiene, uno con precio mínimo al 1 por ciento de depreciación y otro con medio punto porcentual adicional. La devaluación acumulada en el año es de tal envergadura, que el instituto que encabeza Agustín Carstens ha tenido que deshacerse de más de 24 mil millones de dólares durante 2015 para que el peso no se desplome aún más o, como dirían los técnicos exquisitos, para contener la volatilidad.

Un empresario me dijo la semana pasada, en medio de este exabrupto cambiario, que fue a comprar dólares el miércoles, caros por supuesto, y al parecer sólo lo hizo para escuchar el mal augurio del banquero que se los vendió: “sí, está carísimo; pero mejor prepárese porque pronto se lo voy a estar vendiendo a 20”. A su vez, otro personaje, que fue dos veces secretario de Estado, me dijo en una comida el viernes, entre broma y broma, que ambos precios podrían converger en la cifra de veinte: 20 dólares por cada barril de petróleo y 20 pesos por cada dólar…

Si el dólar llegará a 20 pesos será resultado de qué tan nervioso se encuentre el mundo durante esta, que será prácticamente la última semana de tasas de interés bajísimas para toda una generación.

Hay adultos jóvenes que entraron a edad cívica hace diez años, se casaron, tuvieron hijos y no han visto otra cosa sino tasas de interés irrisorias. Esto se acabó si así lo decide el Banco de la Reserva Federal desde Estados Unidos, lo que seguramente ocurrirá esta semana.

Pero esta es la historia de 2015: una en la que la globalidad del mercado de divisas nos recuerda una y otra vez que estamos híper integrados al mundo y que, así como el peso mexicano ha sufrido, otras monedas también: el real brasileño se ha depreciado en lo que va del año alrededor de 31 por ciento; el peso colombiano más de 27 por ciento; el sol peruano ya casi llega a 12 por ciento de devaluación y el peso chileno se ha depreciado ligeramente menos que el nuestro, poquito menos de 15 por ciento.

El viernes fue un día espantoso. Las bolsas estadounidenses tuvieron pérdidas en el entorno del dos por ciento; y bien a bien nadie se explica este nerviosismo, sobre todo cuando se daba como un hecho que los mercados ya habían descontado meses atrás el inicio de lanormalización de las tasas del Fed.

“No hay elementos que contengan lo que está ocurriendo”, me asegura una fuente calificada. Menos mal, me dicen, que no estamos enVenezuela, Brasil o Argentina. Este es el momento en que todo mundo debería hacer una pausa para agradecer al secretario de Hacienda que, en medio del tifón, nosotros seguimos en tierra, secos y respirando.

Twitter: @SOYCarlosMota

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