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jueves, 10 de septiembre de 2015

Nos alcanzó el destino


MACARIO SCHETTINO

Se entregó al Congreso el paquete económico para 2016. Como siempre, hay mucho que hablar de este paquete, desde las proyecciones económicas hasta las estimaciones de ingresos y gastos, y ahora la revisión de programas específicos con el primer intento de presupuesto base cero. Espero que podamos, en varias colaboraciones, echar un vistazo útil a estos documentos.

Pero de entrada lo que me gustaría comentar con usted es cómo nos ha alcanzado el destino. Por más esfuerzos que realice el gobierno, ya no hay forma de equilibrar las cuentas públicas. Desde 2008, cuando inició la Gran Recesión global, hemos tenido déficit, de forma que al cierre de 2015 tendremos una deuda pública total de cerca de 43% del PIB, frente a 21% del PIB en 2008: el doble, en siete años.

Si se quiere evitar un crecimiento exponencial de la deuda, hay que reducir gastos o incrementar ingresos. En este segundo tema, tenemos problemas, porque el petróleo, que daba un tercio del financiamiento del gobierno, ahora cerrará este año en 18% del total. De forma que sólo quedaría incrementar impuestos, pero esto no le gusta a la gente, ni acá ni en ningún otro lado. Al respecto, conviene mencionar que la reforma fiscal sirvió para lo que se quería, que era recaudar más: en el impuesto sobre la renta, se recaudaron 150 mil millones de pesos más de lo presupuestado. Por eso ahora parece que en 2016 habrá una recaudación mayor en 19%. En realidad, eso ya ocurrió, y el incremento de recaudación en el próximo año sólo se espera que sea 2%, compatible con un crecimiento del PIB de alrededor de 3%. Puesto que no habrá cambios en impuestos, y en el tema del petróleo no se puede esperar incremento alguno, el lado de los ingresos es fijo.

Sólo queda achicar gasto, que todo mundo imagina que es fácil. No lo es. Por un lado, la parte del gasto que no puede programarse, porque varía, se está estimando que crezca 128 mil millones de pesos. Se trata de la repartición de recaudación a entidades federativas, y sobre todo de pago de intereses. Como la deuda crece, y es de esperar que la tasa de interés también crezca en 2016, pues hay que gastar más. Así que el gasto que sí se puede programar tiene que reducirse. Tanto para compensar este incremento, como para ser compatible con los bajos ingresos que ya comentamos.

Pues eso es lo que dice el paquete económico. Habrá una reducción del gasto programable de 221 mil millones de pesos, casi 6% menos que en este año. Contando la inflación, la reducción real del gasto ronda 9%. Sólo IMSS, ISSSTE y Poder Judicial tienen un pequeño incremento. Todo lo demás pierde recursos. Se supone que en la recortada aplicaron la idea de Base Cero, de forma que los programas que funcionan bien sufrieron menos que los que no han funcionado correctamente. Eso no se lo puedo asegurar aún, porque no he revisado al detalle, pero ya lo platicaremos.

Al final del documento de Criterio de Política Económica se hace una proyección a 6 años, algo que se viene haciendo desde hace una década. Ahí puede usted ver la magnitud de la tragedia que tenemos por delante: simplemente no alcanza. Y para todos los que siempre me dicen que bastaría con gastar bien, los remito a mis colaboraciones del 17 al 21 de agosto pasado. Gastar bien no sería malo, pero no resuelve nuestro dilema. Lo nuestro es mucho más serio: o reducimos los derechos de la población, o incrementamos el pago de impuestos. No hay más.

Profesor de la Escuela de Gobierno, Tec de Monterrey

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