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viernes, 21 de agosto de 2015

Gasto social

Por Macario Schettino




Durante la segunda mitad del siglo XX, los gobiernos se fueron haciendo cargo de cubrir diferentes necesidades de la sociedad. Aunque educación y salud no son, estrictamente hablando, bienes públicos, sí son inversiones útiles para la sociedad. Si todos tienen acceso a educación y salud, una sociedad vive mejor.

Sin embargo, si estos dos rubros se vuelven derechos ilimitados, no hay manera de financiarlos. Por ejemplo, mientras que la educación básica es indudablemente una gran inversión, porque no cuesta mucho y da grandes rendimientos a la sociedad, la educación superior ya no lo es. Por eso incluso en países mucho más avanzados la educación superior no es un derecho general. Todos pueden competir para acceder a ella, pero no todos pueden entrar. Los que tienen mejores calificaciones para hacerlo, disfrutan el apoyo de la sociedad a través del gobierno, pero no hay educación superior gratuita y sin restricciones de acceso.

En México gastamos en educación alrededor de 6.0 por ciento del PIB, y prácticamente cinco puntos los gasta el gobierno, entre entidades federativas, gasto federal en educación y ciencia y tecnología. Como usted ya debe saber, es uno de los gastos más grandes del mundo en comparación con el gasto total del gobierno, pero no como porcentaje del PIB, precisamente por el escaso nivel de gasto del gobierno mexicano. Sin embargo, éste es uno de los rubros en los que menos urgencia hay por incrementar el gasto. No estaría mal hacerlo, pero antes de eso hay que invertir más en seguridad y justicia, como veíamos ayer, o en salud.

En salud también gastamos cerca de 6.0 por ciento del PIB, y cinco puntos vienen del gobierno, en Salud, IMSS, ISSSTE y entidades federativas. Pero esta cantidad sí está muy lejos de lo que se gasta en países avanzados. En Europa el gasto promedio ronda 12 por ciento del PIB y en Estados Unidos llega a 18 por ciento. Es cierto que este último país tiene gastos muy elevados por las características de su sistema, pero no dudo que México tendrá que llegar a 12 puntos del PIB en salud muy pronto. Y ahí sí nos falta la mitad.

Algo parecido ocurre en pensiones, en donde gastamos hoy tres puntos del PIB, pero está creciendo a un ritmo de un punto del PIB cada seis o siete años. Más exactamente, para 2025 serán 5.5 por ciento del PIB, 7.0 por ciento en 2030 y 9.0 por ciento en 2035. Si todo sale bien, dejarán de crecer entonces.

Así, si en verdad queremos contar con una sociedad bien cubierta en salud, seguridad social y educación, debemos considerar un gasto de entre 22 y 24 puntos del PIB sólo en estos tres rubros. Hoy estamos en 13, de forma que nos faltan, digamos, diez puntos del PIB. No para mañana, ni para 2016, pero sí para tener una economía sólida en estos requerimientos de la sociedad. Digamos que antes de 2030 hay que llegar al menos a 25 por ciento del PIB.

Como verá, ya llevamos algo sumado: tres puntos para seguridad y defensa y diez puntos en materia social. No creo que se requiera un incremento significativo en otras áreas, pero sí en algunos asuntos de infraestructura. Los detalles superan lo que puede escribirse en el periódico, pero digamos que un incremento de dos puntos al año es una cantidad razonable (hoy invertimos casi cinco puntos). En total, 15 puntos más de lo que estamos gastando hoy. Mañana vemos si se puede o no.

El autor es profesor de la Escuela de Gobierno, Tec de Monterrey.



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