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jueves, 18 de junio de 2015

El futuro de la izquierda


MACARIO SCHETTINO


Si usted leyó las últimas dos colaboraciones, creo que se habrá imaginado que López Obrador está en caballo de hacienda rumbo a 2018. Mejor espere usted a leer esta entrega, dedicada a la izquierda en general.

El principal partido de la izquierda ha sido el PRD. En 1997 obtuvieron casi 26 por ciento de los votos y se colocaron como segunda fuerza en el primer Congreso sin mayoría de la historia. De ahí en adelante, las elecciones intermedias no han sido muy buenas para ellos: 18 por ciento en 2003, 13 en 2009, 12 por ciento en la actual (ya con la desaparición del PT). En las presidenciales les va un poco mejor, porque van en alianza con el PT y Movimiento Ciudadano, que han aportado históricamente 3.0 y 2.5 por ciento. Así, en 2000 obtuvieron 19 por ciento, en 2006 casi 30 y en 2012, 23. Si restamos a esas cifras la aportación de los otros partidos, entonces el porcentaje obtenido en las dos presidenciales recientes baja a 24 y 18 por ciento, respectivamente.

Esto significa que en esas elecciones su candidato presidencial, López Obrador, ha logrado añadir cinco puntos. Ni más, ni menos. Esos cinco puntos, lo he comentado en otras ocasiones, provienen fundamentalmente de votantes del PRI. Y así ocurrió en la elección actual, en la que Morena, el membrete creado por AMLO, obtuvo casi 9.0 por ciento. Los cinco puntos que vienen del PRI, y un par de puntos de PRD y PT. El primero bajó de 13 a 11 por ciento y el segundo de 4.0 a 3.0, comparando con 2009.

Dicho de otra manera, parece que cada quien ya tiene lo suyo: el PRD, 11 puntos; Morena, nueve; y el sorprendente Movimiento Ciudadano, 6.5 por ciento, gracias a las alianzas regionales con quien se dejara: desde Alfaro en Jalisco hasta varios panistas en distintos estados. No creo que se pueda asegurar que toda la votación actual de MC pueda asignarse a la “izquierda”, como ya he comentado antes. Tal vez un par de puntos correspondan más bien a lo que llamamos “derecha”, y no puedan atraerse en futuras votaciones, si en esa parte hay opciones atractivas.

Cinco de los seis diputados del PT se agruparon ya con el PRD, así que tal vez dos de sus ytres puntos acaben en ese partido. La votación de la izquierda está en 28 por ciento, si van unidos. Si no, calcule entre 13 para PRD con los restos del PT, nueve para Morena y seis para MC, y haga números de las alianzas posibles.

Ahora ya no sólo hay un potencial candidato “fuera del sistema”. Ahora es posible imaginar a Alfaro compitiendo por la gubernatura en Jalisco, varios otros haciendo lo mismo en distintos estados, y tal vez un par por la presidencia. Incluso el mismo Bronco podría hacerlo. Como ya en otras ocasiones hemos comentado acá, la posibilidad del PRD regresando a manos de AMLO la veo sumamente remota. Es claro el intento de éste por desfondar a su antiguo partido, pero hasta hoy no ha tenido éxito. Se llevó algo, pero sus votos siguen siendo los suyos, y no los del PRD.

Sin embargo, el PRD comparte con los otros dos partidos grandes sus defectos: envejecimiento y corrupción. Si logran renovar sus estructuras, pueden bloquear las presiones de Morena, buscar un buen candidato para 2018, y mantener una posición significativa en el espectro político. Renunciar a ello y subordinarse a López Obrador no creo que sea una opción atractiva. Dividiendo no se suma, como ya habrán entendido muchos en la izquierda.

Twitter: @macariomx

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