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viernes, 17 de abril de 2015

TEMA LIBRE

* Candidatos y sus pecados a la vista
* No hay propuestas pero sí denuestos
* PRD y su guerra a muerte con Obrador

Por I. León Montesinos


En su primera plana de ayer, el periódico Reforma dio cuenta de tres temas que ilustran el grado de corrupción, tráfico de influencias e uso indebido del servicio público que permea el ambiente político-electoral rumbo a los comicios de junio próximo.

Una cuarta información que a juicio de los editores del matutino no mereció figurar en su portada principal, pero que se ubica en el mismo tenor de la intransparencia pública, lo es el ocultamiento de diversos bienes en la declaración patrimonial del senador panista por Querétaro y candidato a gobernador de ésa entidad, Francisco Domínguez, a cuya fama pública se le han abonado amistades de dudosa reputación. Fiel a la doble moral blanquiazul, Pancho Domínguez ha querido vender a los queretanos una imagen de hombre pulcro e intachable que está por muy lejos de ostentar en la realidad.

El catálogo de irregularidades publicadas por Reforma es una muestra de las filtraciones que en cascada empezarán a fluir en el talante de las contiendas electorales que vendrán a confirmar lo expuesto, con insistencia en este y otros espacios de opinión: la clase político en su conjunto atraviesa por una grave de ética y credibilidad que tratará de ser suplida por la creatividad de los publicistas, aislando de los promocionales en los medios masivos las anheladas propuestas a los graves problemas que enfrenta el país.

No hay candidato o dependencia que en estos momentos esté exenta de que le saquen la ropa sucia al tendedero de la opinión pública; lo mismo en la Comisión Federal de Electricidad (CFE), que en la campaña de la candidata del PRI a Sonora, Claudia Plavlovich o del lado del padre del gobernador de Jalisco, Aristóteles Sandoval –que anda promoviendo candidaturas del PRI—en su papel de Magistrado del Tribunal Superior de Justicia de ese estado, la corrupción y el tráfico de influencias surgen como muestra de las más absoluta impunidad. Las denuncias públicas ya no les quitan el sueño a nuestros políticos porque saben que a pesar de las pruebas en su contra, no pasa nada.

Mientras los partidos políticos se dan hasta con la cubeta en su festival de denuestos y agresiones mutuas—como sucede con los dimes y diretes entre priístas y panistas para ver quiénes son más corruptos--, millones de mexicanos se enfrentan a una realidad avasallante impuesta por una economía estancada que no tiene para cuando empezar a crecer.

En este país del no pasa nada, dos millones de jornaleros agrícolas se enfrentan a situaciones laborales de semi esclavitud ante el lerdo actuar de las autoridades laborales cuyos inspectores desde hace años no se han dignado poner un pie en esos campos de concentración modernos en los que inclusive se explotan a menores de edad.

Los empleos que deberían llegar por las reformas aprobadas sencillamente no aparecen por ningún lado y, por el contrario, la subcontratación que priva de los beneficios de la seguridad social a miles y miles de aspirantes a un puesto de trabajo bien remunerado, en su mayoría jóvenes, es ahora la vía de exoneración de obligaciones contraactuales a la clase patronal.

La violación sistemática a las comunidades campesinas y de los pueblos indígenas va al alza y ninguna fuerza política toma su defensa como parte toral de sus campañas pues saben que el voto de estos sectores marginados es fácil de coptar mediante la entrega de despensas y otras prebendas que en nada solucionan sus ancestrales problemas, a los que se ha sumado como mortal amenaza la presencia de grupos de la delincuencia organizada.

Por cierto que todos los partidos sin excepción se han guardado de comentar la reelección hasta por doce años a la que ya tendrán derecho todos los diputados y senadores en el país y que les permitirá revivir algo del espíritu de Porfirio Díaz, en eso de perpetuarse en el poder.

El maquillaje de las candidaturas ciudadanas aplicado en la Reforma Política para simular una invitación a la sociedad civil para sumarse al fortalecimiento de la democracia, se ha desvanecido pues a pesar de que fueron muchos los que desearon participar bajo el anzuelo de la falsa promesa política, la mayoría de lo que accedieron al reconocimiento de una candidatura de este tipo por parte de las autoridades electorales, son trásfugas de otros partidos o tuvieron nexos con alguna organización político.

Es decir que las legítimas candidaturas ciudadanas se cuentan con los dedos de la mano sin dejar de mencionar los poco más de cien mil pesos que recibirán para sus campañas proselitistas. Cantidad simbólica e irrisoria si se le compara con los miles de millones de pesos que recibirán de los impuestos de los mexicanos, los partidos con registro. Ya se ha hablado de que debe haber “suelo parejo” en las contiendas, pero si existe un terreno por demás disparejo es por el que transitarán los candidatos ciudadanos.

De esta manera, nuevamente los mercaderes de las ilusiones y fórmulas mágicas –un ejemplo de ello el Partido Verde--, se empiezan a dar vuelo prometiendo la inalcanzable tierra prometida como ocurre con un reciclado panismo que tras doce años de gobierno, no pudo sacar de su eternizada crisis al país y dilapidó más de 80 mil millones de dólares de excedentes petroleros para salirnos ahora con la peregrina promesa de que se debe cambiarse el rumbo, pero sin tocar el modelo neoliberal que ha mantenido atado a los designios de los organismos internacionales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI), en beneficio de las trasnacionales, a la economía nacional.

El circo de tres pistas apenas inicia la función y todo el país debe prepararse para mirar por doquier los tendedores de trapitos al sol que están por brotar en las azoteas de la política nacional, mientras temas de primer orden como las consecuencias de recortes al gasto ni por descuido son abordados por los candidatos.

La dirigencia del PRD y sus gobiernos afines como el del Distrito Federal tienen como prioridad el detener el avance de MORENA que busca arrancarle a buena parte de sus militantes y simpatizantes en su principal bastión donde un cauto Jefe de Gobierno, ha dicho que no es el momento de aceptar candidaturas a sabiendas que su futuro político al 2018, dependerá directamente de lo que suceda en los comicios de junio: si las huestes de Obrador no logran su objetivo de ganar puntos neurálgicos como las delegaciones de Iztapalapa o Cuauhtémoc, y llevarse una respetable cantidad de triunfos en diputaciones federales y locales, Mancera tendrá más que amarrada la candidatura presidencial, pero si sucede lo contrario, deberá recular en sus planes rumbo a Los Pinos.

Otro de los escenarios donde se librará una intensa lucha por ganar espacios entre esta dos fuerzas de la fragmentada izquierda, será el Estado de México; se prevé que Obrador iniciará una gira por tierras mexiquenses con el fin de apuntalar a sus candidatos que en muchos de los casos, no han tenido la aceptación deseada.

En el contexto de las izquierdas está más que claro que la guerra entre MORENA y el PRD será a muerte, o mejor dicho, asunto de supervivencia. Y tan ocupados andan ambos partidos en atender su futuro inmediato que también en sus campañas proselitistas, la palabra propuesta es un término inexistente.

En nuestra próxima entrega haremos un análisis previo al arranque de las campañas política en Ecatepec; contienda que luego del apretado registro de Octavio Martínez Vargas en el Consejo Político del PRD, se antoja como de pronóstico reservado.

Nuestro correo electrónico: garrasleo6@yahoo.com.mx

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