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viernes, 5 de diciembre de 2014

Inventan sistema que administra fármacos con microagujas

México.- José Juan Escobar Chávez, académico de la UNAM, y su grupo de colaboradores inventaron un sistema poco invasivo y confortable para administrar un fármaco utilizando parches con microagujas a pacientes con exceso de colesterol.

El dispositivo de liberación transdérmica (a través de la piel) funciona con pravastatina sódica, un medicamento para reducir las concentraciones de colesterol que, por lo general, son consecuencia del exceso de lípidos en sangre y conducen a la generación de ateromas (cúmulos en la pared de una arteria) que desencadenan cardiopatía isquémica o infarto, explicó Escobar en un comunicado.

El académico de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán detalló que la cardiopatía isquémica, primera causa de muerte a escala mundial, está muy relacionada con las hiperlipidemias (exceso de lípidos en la sangre) y para su control se usa la pravastatina sódica.

Si ese, entre otros fármacos, se aplica vía cutánea, “su liberación es sostenida y a la velocidad necesaria para mantener una concentración plasmática constante, con la ventaja de disminuir efectos secundarios negativos que se manifiestan al administrar la medicina por vía oral”, recalcó el responsable del Laboratorio de Sistemas Transdérmicos y Materiales Nanoestructurados.

Cómodo y más seguro

Escobar explicó que con este sistema es factible mejorar la calidad de vida de los enfermos al asegurar niveles plasmáticos constantes. Además, si el medicamento ocasiona efectos tóxicos, el tratamiento puede suspenderse de inmediato y la piel recupera sus propiedades de barrera de permeabilidad sin daño, “por eso son métodos no invasivos”, señaló.

La aplicación cutánea provee una opción para medicamentos potencialmente tóxicos al ser administrados por otras modalidades (inyectados o ingeridos) en terapias prolongadas y de reemplazo. Con el invento de los universitarios, el fármaco ingresa desde la dermis al torrente sanguíneo.

El sistema es de bajo costo, “la inversión en cuanto a excipientes y principio activo es menor, y las ganancias podrían ser considerables. Los parches han sido diseñados para colocarse en antebrazo o en región lumbar de pacientes con este tipo de patologías. Es importante resaltar la comodidad, pues siempre será más fácil colocarlos y evitar el olvido de tomas por vía oral”, opinó el experto.

Muchas personas con trastornos asociados al metabolismo deben consumir ciertas sustancias para controlarse, lo que puede ocasionar interacciones entre los medicamentos; en ese sentido, los parches son una alternativa que evita sobrecargar al hígado de componentes tóxicos.

Los especialistas ya concluyeron las pruebas in vitro, el siguiente paso es realizar estudios con roedores para determinar la cinética de eliminación, con la posibilidad de implementarlo después en un grupo de pacientes con cardiopatía isquémica y comprobar su eficacia, tarea que será parte del doctorado de uno de sus estudiantes.

Galardonados

Con el diseño de su dispositivo, el equipo de Escobar obtuvo el primer lugar de los Premios Canifarma 2014 en la categoría de Investigación Tecnológica, que otorga la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica.

El trabajo ganador, llamado “Diseño, desarrollo y caracterización fisicoquímica-biofarmacéutica de sistemas transdérmicos acoplados a microagujas sólidas, como una nueva alternativa a la vía oral para el tratamiento de dislipidemias”, tuvo como propósito evaluar —in vitro en piel humana— la penetración de la pravastatina sódica con el empleo de microagujas para proponerse como tratamiento alterno a la vía oral existente en el mercado.

“El Premio Canifarma es un estímulo importante porque revela que vamos por buen camino, que generamos investigación novedosa y de interés para el ámbito farmacéutico”, destacó el especialista.

El sistema de parche transdérmico con microagujas ya está patentado, “lo que brinda la oportunidad de comercializarlo”, subrayó.

Contagian a 10 menores con VIH en Pakistán

Al menos 10 niños y adolescentes paquistaníes contrajeron virus de inmunodeficiencia humana (VIH) tras someterse a transfusiones sanguíneas cuando eran tratados por anemia, confirmaron ayer las autoridades sanitarias de ese país.

Los afectados, de entre cinco y 16 años, sufren de talasemia, un tipo hereditario de anemia que requiere transfusiones sanguíneas regulares para sobrevivir. En Pakistán las leyes obligan a los hospitales y a las clínicas a controlar las donaciones de sangre para evitar contagios, pero estas medidas no se aplican siempre.

En los últimos días, la federación paquistaní de enfermos de talasemia descubrió que 10 menores de edad oriundos de la capital, Islamabad, y de la región de Lahore contrajeron recientemente el VIH después de una transfusión.

La ministra federal de Salud, Saira Afzal Tarar, afirmó haber pedido un informe sobre lo sucedido.

Según la Federación de Personas Enfermas de Talasemia en Pakistán, los centros de transfusión suelen detectar la hepatitis B o C, pero no el VIH, del cual son portadores alrededor de 100 mil personas de ese país, que tiene más de 180 millones de habitantes.

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