Por I. León Montesinos
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| Mazón y Abarca; se derrumbó su alianza |
¿Cuántos sufren de insomnio tras la detención de Abarca?
El senador Ríos Piter hasta porras le echó en su campaña
Ecatepec, México.- El caso Ayotzinapa apenas inicia la tortuosa ruta de sus “daños colaterales” a muchas figuras públicas en Guerrero, una de las cuales, la del ex Secretario de Salud y candidato de MORENA a contender por la gubernatura del Estado, Lázaro Mazón Alonso, se encuentra prácticamente aniquilada si las nuevas autoridades estatales deciden investigar su nada clara gestión donde se llegó al descaro de entregar placebos y no medicamentos a la población enferma y de escasos recursos. Un engaño que pudo costar --o ya costó-- vidas humanas.
Así, el hombre lleno de virtudes e impregnado de un alto sentido de compromiso social, como lo intentó vender a sus simpatizantes guerrerenses Andrés Manuel López Obrador, puede resultar un verdadero pillo pues bajo ningún concepto y ni en la peor de las corrupciones puede aceptarse que bajo el interés de aumentar la cuenta bancaria con cifras de abultados ceros, se juegue con la salud y la vida misma de la gente.
Además, por si esto no bastara en la cadena de latrocinios cometida por Mazón, quien recomendó como candidato a Iguala al mafioso de José Luis Abarca, hay otro punto igual de delicado como lo es la construcción ficticia o inflada de hospitales y centros de salud en distintos puntos de Guerrero.
Aquí, de forma ineludible, tendría que dar también la cara el depuesto gobernador Ángel Aguirre Rivero pues fue él quien aceptó negociar el cargo de Secretario de Salud con Andrés Manuel López Obrador a cambio de su apoyo. Se comenta en Guerrero que esta es la razón por la que Lázaro Mazón se sintió algo así como un funcionario autónomo e independiente para hacer lo que le viniera en gana en la dependencia a su cargo y con su presupuesto.
El sucesor en el cargo de Mazón, Edmundo Escobar Habeica, hará bien en echar un vistazo al estado que guarda la institución que recibe sobre todo en el área de adquisiciones y obras, estamos seguros que se llevará muchas sorpresas que tendrá que comunicar de inmediato al gobernador sustituto Rogelio Ortega Martínez, si no desea que ambos sean señalados como cómplices o encubridores del ya frustrado candidato de López Obrador y MORENA a la gubernatura.
Nuestras fuentes aseguran que el ex funcionario estatal ya preparaba una abultada maleta de recursos ilícitos para lo que consideraba su futura campaña como seguro abanderado de MORENA, con miras a la gubernatura; situación que se ha venido a pique y que ahora puede cambiarlo de haber estado a las puertas de la gloria a las del infierno, si las nuevas autoridades deciden realizar una auditoría a su nefasta gestión.
Otras de las penosas aristas que la desaparición de los 43 normalistas ha dejado al descubierto, y ahora retomada tras la detención del ex alcalde José Luis Abarca y su esposa María de los Ángeles Pineda Villa, es la del abierto nepotismo que fue instaurado por la llamada Pareja Imperial en el devastado municipio de Iguala.
Como ha trascendido, el hoy detenido y su cónyuge colocaron, o mejor dicho impusieron, en diversos cargos del ayuntamiento igualteco, a una treintena de familiares cercanos que cobran altos sueldos sin precisamente desquitarlos jugosos salarios. Tal situación aunque era bien conocida por los integrantes del cuerpo edilicio, era tolerada por el temor a que Lady Iguala ejerciera represalias, apoyada por los mafiosos del Cártel de Los Guerrero Unidos, hacia aquellos que osaran contravenir las arbitrarias decisiones de la pareja infernal.
Ahora que operadores y sicarios han comenzado a huir como ratas, la gente común y corriente, el ciudadano de a pie y la intimidada clase política de Iguala, empiezan a recobrar la calma, como también muchos comerciantes y hasta constructores de la región a quienes los mafiosos les impusieron por largo tiempo el cobro de piso y otros entres que, según decían, eran para ir engordando el marranito para la campaña de quien sería la futura alcaldesa y socia del crimen organizado, María de los Ángeles Pineda. La misma mujer que apareció con gesto furibundo y amenazante en los noticieros, tras su detención en Iztapalapa.
Por cierto que en estos daños colaterales no podemos dejar de mencionar, amén del ex Secretario de Salud, a muchos políticos guerrerenses que al momento mismo de la detención de Abarca comenzaron a sudar frío y tener insomnio.
Estamos convencidos que el alcalde delincuente no está sólo en la decisión tomada de secuestrar a los 43 normalistas.
Por eso, muchos de los que antes lo elogiaban, aplaudían y hasta le echaban porras como el senador Armando Ríos Piter –checar en you tube el link: Ríos Piter respaldó a José Luis Abarca en Iguala--, ahora lo negarán por partida doble, aunque ya sea demasiado tarde pues las pruebas y evidencias de que guardaban con el hoy indiciado y su esposa una franca alianza política, son irrebatibles.
El problema es que Iguala no es un caso aislado ni en Guerrero ni en el país; en muchas regiones, otros municipios sigue controlados por los narcos como es el caso de Amacuzac, en Morelos donde el ex alcalde y actual diputado local por el Partido del Trabajo (PT), Alfonso Miranda Gallegos, ha resultado todo un gangster con fuero al que no se atreve siquiera a incomodar el tibio gobernador perredista, Graco Ramírez.
El político de marras es nada menos que tío de Santiago Mazari, alias El Carrete”, y líder del Cártel de Los Rojos, grupo delincuencial que viene disputando la ruta de la droga entre Morelos y Guerrero nada menos que a los cuñados del ex alcalde Iguala, es decir a Pineda Villa, que encabezan, o venían encabezando, el Cártel de Los Guerreros Unidos.
Sucede que los atribulados habitantes de Amacuzac pensaron erróneamente que con la salida de Mirada Gallegos del al presidencia municipal abandonarían el infierno, pero entraron al mismísimo horno de microondas con la llegada de Noe Reynoso Nava, pues si bien el verde ecologista no tiene vínculos con Los Rojos, si guarda estrecha relación con Los Guerreros Unidos, pues su compadre, Federico Figueroa, hermano del cantante Joan Sebastian, es el operador del grupo criminal en Morelos.
Ya puede el lector imaginarse la vida que deben enfrentar los habitantes de Amacuzac cuando sus políticos descaradamente se encuentran aliados con el narco, sean del bando que sean. Razón por la que en la región se vive en una auténtica situación de cotidiano terror. Y ya puede entender el por qué miles de pobladores han perdido la confianza en sus autoridades, sean del partido que sean, ante la impunidad de estos maleantes con fuero que como en el caso del diputado morelense del PT, Alfonso Miranda, ni siquiera sus compañeros de legislatura se atrevieron hace unas semanas a desaforar por miedo a las consecuencias que ello puede traer consigo.
Por cierto que ante la insistencia de los medios locales sobre la manera en que el narcodiputado ingreso a las filas de la izquierda, la dirigente estatal del PT en Morelos, Tania Valentina Rodríguez, no ha dudado en señalar que su arribo se dio gracias al padrinazgo y recomendación hecha en su momento nada menos que por el mismísimo Andrés Manuel López Obrador, que ya en días atrás, en su mitin del Zócalo, negó cual San Pedro, conocer al desquiciado José Luis Abarca. De ése tamaño las cosas en muchos municipios controlados por narcopolíticos o acorralados por el crimen organizado como ha sucedido con Luvianos en el Estado de México, sitio en el que desde hace años se escenifican toda una gama de latrocinios, crímenes y desapariciones en contra de la sociedad civil y líderes políticos.
Nuestro correo electrónico: garrasleo6@yahoo.com.mx
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