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lunes, 3 de junio de 2013

Ser mamá y trabajadora sexual, una tarea titánica

México, DF.- Oficios hay miles, mamá sólo tenemos una y el destino puede hacer que el trabajo de ella consista en dedicarse a la prostitución, suerte o no esta esta es una realidad en la Ciudad de México y es por esto que no es necesario ponerle un rostro específico a la foto de apertura de nuestro artículo, en él aparece una mujer, que pudiera se cualquiera que esté en este momento taloneando en las calles y al mismo tiempo pensando en sus hijos. Sería muy fácil juzgarlas por su trabajo, sin embargo, al conocerlas de cerca y saber las razones que las llevan a dedicarse a este oficio, la perspectiva cambia.

Las trabajadoras sexuales tienen que enfrentarse a la dura tarea de salir a ejercer su oficio y ser madres al mismo tiempo, pero el instinto de protección y ganas de salir adelante puede ser mucho más fuerte que la pena o la vergüenza “es muy difícil ser madre y trabajadora sexual. Muy difícil . Pero esto lo hago por mi hija y mi nieta, para sacarlas adelante. Por ellas manito –se muerde el labio-, por ellas yo lo doy todo” dice Carmen, una trabajadora sexual, en entrevista para el portal Pájaro Político.

Carmen ya tiene ocho años en el oficio y tiene un motor que la mantiene día con día trabajando: su hija, ella misma prefirió decirle a qué se dedicaba, la sinceridad es una de sus prioridades, “llevo ocho años como trabajadora sexual, aquí en La Merced.

Mi hija sabe a qué me dedico desde los siete años de edad; ella venía a la escuela aquí en el centro, y decidí que mejor lo supiera directamente por mí y no por alguno de sus compañeritos. No quería que le dijeran “oye, mira que tu mamá salió de tal hotel”, o que “tu mamá es tal por cual”. Así que mejor yo se lo dije; creo que lo tomó con bastante naturalidad. Sabe que con este trabajo comemos” agrega la mujer.

Esta mujer sabe que es discriminada, y sobre todo siente que las críticas más fuertes vienen, por desgracia, de su mismo sexo, mujeres que no tienen la capacidad de ponerse en sus zapatos “las mamás ignorantes nos señalan y nos discriminan por hacer este trabajo. No saben por qué estamos aquí, no saben lo que hemos tenido que pasar… hay mucha discriminación entre las mismas mujeres, muchas son amas de casa y nos miran de arriba abajo, como si fuéramos unas apestadas. Y no lo somos… Todos los seres humanos somos iguales. Y este es un trabajo como cualquier otro; yo no estoy ahí parada por placer”.

Al preguntarle a Carmen cuando dejará de trabajar en este oficio; ella contesta con una seguridad impresionante: “¿hasta cuándo pienso seguir en la calle? quiero que mi hija termine sus estudios y encuentre un buen trabajo, que salga adelante. Como madre, ese es mi mayor deseo”.

De acuerdo con datos de la Brigada Callejera del DF, esta es la realidad que enfrentan más de mil trabajadoras sexuales en la zona de La Merced, de las cuales unas 600 tienen entre 18 y 35 años, y entre 200 y 300 son de la tercera edad. Al conocer historias como estas no cabe duda que el amor de una madre es incomparable y es capaz de luchar como una guerrera en el oficio o profesión que sea para sacar a sus hijos adelante.

Elvira Madrid, presidenta de Brigada callejera del DF, platicó para Pájaro Político un poco más de la situación que enfrentan las trabajadoras sexuales día con día, el trato que reciben de la policía, la Comisión Nacional de Derechos Humanos y hasta la misma Suprema Corte de Justicia de la Nación.

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