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martes, 5 de marzo de 2013

Para que ponga la casa en orden…

Poder que la Constitución entrega al Presidente de la República

Elba Esther Gordillo con el líder del sindicato
petrolero, Carlos Romero Deschamps.
Después del caso Elba Esther Gordillo no pasará nada

El compromiso de combatir la corrupción desde la fuerza del Estado es una de las frases impactantes de todo discurso político que se respete y tenga deseos de poner en sus hombros el manto de la credibilidad

La detención de Elba Esther Gordillo se inscribe en esta estrategia y su captura tiene más de una interpretación, algunas señalan que no es la única corrupta en la escenografía sindical y se apunta con dedo flamígero y no poca rabia hacia el líder de los trabajadores petroleros Carlos Romero Deschamps a quien por estos días y aprovechando la ola, también le sacan un listado de sus frecuentes viajes con cargo a las arcas de los trabajadores sindicalizados de Pemex que con el sudor de su frente aportan los recursos para que los hijos de su líder nunca vayan a tener la experiencia de ganarse el pan sudando bajo el sol y disfruten las cosas buenas que tiene la vida a bordo de un yate, un jet o un automóvil deportivo catalogado como de producción exclusiva.

Ninguna de estas quejas va a proceder, nada pasará, no es el caso de disgustar a todo el vecindario. No obstante el resto de los que viajan en el mismo barco de la corrupción y la impunidad, listos como son y atentos al juego del poder, seguramente ya tomaron nota y están dispuestos a declarar su adhesión a los designios del presidencialismo que con el caso Elba Esther, les está diciendo que desde el PRI sí se sabe cómo usar el poder que la Constitución le entrega al Presidente para que ponga la casa en orden.

El mensaje tiene múltiples direcciones, no es exclusivo para los sindicatos. El contexto actual indica que hay otros posibles interlocutores que deben interpretar que Elba Esther Gordillo no cayó de la gracia del poder por corrupta, sino por oponerse al cambio, enfrentar y cuestionar los planes, proyectos y pactos que desde el supremo poder presidencial se están negociando con todos los partidos políticos, grupos empresariales y organizaciones sociales.

No haber entendido que el ejercicio del presidencialismo mexicano es cuestión de estilo, que los presidentes que fueron del PAN decidieron autolimitarse para presumir que ellos no abusaban del poder y por tanto atendían la voz de la democracia, es un asunto más retorico que real porque Vicente Fox no supo para qué servía ser presidente y Felipe Calderón se consumió en la violencia desatada desde la Presidencia y no escuchó a nadie para que cambiara de tema.

El mensaje va para los que se oponen al cambio. Se les dijo con el encarcelamiento de la ahora residente del reclusorio Tepepan, que desde los múltiples mecanismos de información con que cuenta el Estado es posible pisarles la larga cola que arrastran y que siempre es posible documentar sus actos de corrupción por más que los quieran disfrazar como actos propios de las buenas transacciones de negocios.

En el camino del cambio propuesto en el Pacto por México están involucrados muchos intereses que posiblemente tienen la intención de oponerse y seguramente lo podrán hacer, pero dentro de los márgenes de lo razonable y siempre con la apertura a la negociación para construir nuevos equilibrios que permitan al Estado, del que todos somos parte, impulsar al país hacia el desarrollo y las oportunidades que se han extraviado en el largo camino de los últimos 30 años, que hoy tienen a la Nación al borde de la violencia en parte importante del territorio y a la economía concentradora de la riqueza en pocas manos y millones muriendo de hambre, a generaciones de niños, niñas y jóvenes sin futuro mientras no sean formados para competir y triunfar y otras crisis, como esa que a cada quien afecta en su calidad de vida.

El mensaje va dirigido a los empresarios que oponen resistencia a las reformas en telecomunicaciones, a los que se oponen a la reforma hacendaria y financiera, a quienes evaden impuestos disfrazados de altruismo, a los exportadores de capitales, a los que por años pensaron que los “poderes fácticos” estaban por encima del presidencialismo mexicano. A estos y a muchos más se les está diciendo que no habrá reposo ni consideración alguna para los que se opongan al cambio. Por ello cayó Elba Esther Gordillo. Los demás no deben preocuparse que por corruptos no los van a encarcelar, pero por estúpidos sí, y de eso todavía no los acusa nadie.

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