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miércoles, 30 de enero de 2013

TEMA LIBRE

Por Ignacio León Montesinos

Asunto Cassez, García Luna responsable

Uno más de los lastres de Felipe Calderón

Vergonzoso oportunismo de panistas


Ecatepec, México.- Florence Cassez ya duerme y respira tranquila en Francia dejando tras su liberación a todo un país confundido y, supuestamente, agraviado. Conforme vayan pasando las semanas y los “patrioteros” se cansen de rasgarse las vestiduras, tendrán que venir las explicaciones de fondo al por qué tres Ministros de la primera sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), decidieron otorgarle el perdón de la justicia mexicana.

Lo que causa y seguirá causando resquemor es preguntarse si la francesa es o no culpable del delito de secuestro que se le imputó en 2005. En mi opinión personal sí lo fue y prueba de ello son las fotografías que en su momento publicaron diversos medios de comunicación donde la hoy exonerada convivió con sus padres al lado de su ex novio y jefe de la banda de Los Zodiacos, Israel Vallarta, en el rancho Las Chinitas, sitio donde fue detenida. Las gráficas muestran una relación que pasó de lo sentimental a lo familiar. Imposible negarse fuertes vínculos que derivaron en complicidad.

¿Por qué entonces otorgarle la libertad?, se preguntará el ciudadano de a pie. Y el que esto escribe, sin ánimo de invadir el terreno de los expertos en la materia jurídica, tendrá que explicarle que la culpa no es de los Ministros, vamos, ni de Cassez, sino de quienes desde el momento real de su detención, violaron no sólo todos los procedimientos establecidos en la ley sino hasta los mismos tratados internacionales que obligan a notificar de inmediato a los respectivos consulados cuando quién delinque es un ciudadano extranjero.

El responsable directo del gigantesco desaguisado por supuesto que tiene nombre y apellidos: se llama Genaro García Luna y ocupaba al momento de la detención de Florence Cassez, en diciembre del 2005, nada menos que el cargo de Director de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI), en el sexenio de Vicente Fox. El mismo que fue elevado por Felipe Calderón nada menos que al rango de titular de la Secretaría de Seguridad Pública Federal, dotándolo de multimillonarios recursos para que no entregara resultado alguno en su aparente lucha contra el crimen organizado. Baste recordar su última pifia cometida por sus elementos en el ataque en Tres Marías contra agentes estadounidenses, a quienes, supuestamente, confundieron con secuestradores.

El problema de raíz que terminó por enfrentar en el terreno diplomático, en 2011, a los gobiernos de Francia y México, inició desde el momento mismo en que por la torcida mente de García Luna surgió la idea de lucirse ante los medios y la sociedad, apareciendo como el adalid de la justicia mexicana, montando un supuesto operativo para que la televisión transmitiera en cadena nacional, en vivo y en directo cual si se tratara de un reality show, la aprehensión de Israel Vallarta y su novia, Florence Cassez, al lado de tres de sus víctimas.

Lo cierto es que la auténtica detención de los secuestrados se había un día antes y es aquí donde el proceso empezó a viciarse, o dicho en palabras de los Ministros, a “corromperse”, pues nadie puede abrogarse el derecho de alterar la realidad ni los hechos en la integración de una averiguación de tal magnitud y menos estando de por medio una ciudadana extranjera.

Por supuesto que en su momento, la farsa tuvo el efecto deseado para los fines y ambiciones personales del truculento ingeniero metido a policía; no hubo medio, entre ellos Televisa, que no exaltara la “capacidad, arrojo y valentía” del titular de la AFI, a tal grado que el despistado Felipe Calderón, recién arribado a la Presidencia, lo puso al frente de la Policía Federal en 2006, sin imaginarse que el desaseo judicial se transformaría en un escándalo de dimensiones internacionales al demostrarse un atropello, en todos los sentidos, a los elementales derechos humanos de Cassez.

Lo más vergonzoso es que fue el propio ex presidente el que dejó que la bola de nieve creciera. Y lejos de pedir la renuncia inmediata a García Luna, optó no sólo por arroparlo sino por consentirle sus más disparatadas ideas como el haber desviado más de cien millones de pesos del presupuesto de la dependencia a su cargo para patrocinar una serie policiaca que se transmitió sin pena ni gloria en Televisa, bajo la absurda justificación de buscar crear conciencia en la gente sobre la labor de los policías federales.

Peor todavía, siendo Calderón Hinojosa un abogado, titulado en la Escuela Libre de Derecho, admitió que por consigna se presionara a los jueces y magistrados del país para que solaparan las mentiras urdidas por García Luna, dándoles en el juicio un absoluto valor probatorio, no importándole que los costos cobraran la factura a la diplomacia mexicana, al punto de que el evento Año de México en Francia, programado en el 2011, debió cancelarse por el desencuentro diplomático entre el presidente Felipe Calderón y su homólogo francés, Nicolás Sarkozy.

En la retahíla de calamidades escondidas en el caso Cassez, se echó mano, indebidamente, de todo el poder presidencial para presionar a jueces y ministros para que ignoraran el montaje urdido por García Luna y que, entre otras violaciones, permitió declarar a la extranjera sin abogado y notificar tardíamente al consulado francés de su detención. De hecho, como lo admitió el cínico ex secretario federal de Seguridad Pública, el montaje, fue supuestamente a “solicitud de los medios”. Como si la aplicación puntual de la ley fuera parte de una serie policiaca.

La defensa jurídica de la ciudadana francesa recorrió todas las instancias hasta llegar al seno de la Suprema Corte, donde en marzo del pasado año, el Ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, propuso su liberación por los vicios que de origen tuvo su detención, mediante el otorgamiento de un amparo directo; es decir, liso y llano. Decisión que casi un año después terminó por imponerse en el máximo tribunal del país. La duda es clara: si desde un año los Ministros ya había detectado lo corrompido de la detención de Cassez, ¿por qué entonces no fallaron a su favor?

Y es aquí donde el hilo se rompe por lo más delgado y donde tanto Ministros como ex funcionarios del sexenio pasado, incluido el propio Felipe Calderón, deben dar una amplia explicación al país, porque ahora resulta evidente que el ex mandatario sí invadió las funciones del Alto Tribunal al presionar mediante personeros como el sátrapa Roberto Gil Zuarth, hoy convertido en senador, a los miembros del Poder Judicial para postergaran lo inevitable. ¿Con qué fin?, se preguntará el ciudadano común y corriente. Yo diría que dos, muy claros y evidentes: el primero, proteger hasta la ignominia a su consentido García Luna; y el segundo, evitar el ya de por sí estimado desplome electoral del PAN.

Si a los Ministros de la Corte se les hubiera permitido actuar con autonomía, la debacle blanquiazul hubiera sido aún mayor y a Calderón no le hubiera quedado más alternativa que pedir la renuncia a su torpe, incapaz y mentiroso Secretario de Seguridad Pública.

Pero subsiste la duda: ¿Por qué los Ministros dejaron en libertad a Cassez? Sencillamente porque la averiguación integrada en su contra fue mal hecha, fabricada en el terreno de la ilegalidad. Los propios Ministros nunca dijeron si era inocente o culpable, porque desgraciadamente ése no era el problema de la petición de amparo, sino lo torcido de su detención. Y ahí, insisto, hay un gran culpable, Genaro García Luna, y un cínico encubridor, Felipe Calderón Hinojosa.

Ahora, como de caricatura, los panistas buscan endosar al gobierno de Enrique Peña Nieto, sus propias culpas que en su momento no asumieron al señalar que el nuevo Presidente consintió tal felonía jurídica, cuando, insisto, la Corte sabía desde el pasado año que si se actuaba conforme a derecho, era inevitable liberar a Cassez, y ahora toman la bandera de defensores de las “víctimas del delito”.

Vale preguntarles: ¿por qué en el sexenio en que estuvieron en el poder no pugnaron por hacer justicia a esas víctimas de los llamados “daños colaterales” de la torpe guerra contra el narco declarada por su dipsómano Presidente? Ahí están las víctimas de Creel, en Chihuahua; de la Sierra de Sinaloa; y para morirse en el camposanto del absurdo, los propios casos de Isabel Miranda de Wallace y Alejandro Martí, a quienes en su momento el gobierno de Calderón y el propio García Luna, los ignoraron en su petición de justicia ante el secuestro y asesinato de sus hijos. Todavía piden justicia, por ejemplo, los padres de los niños calcinados en la guardería ABC de Sonora, donde familiares de Margarita Zavala tuvieron responsabilidad del abominable crimen. Pregunto a los panistas: ¿Qué hicieron en todo el sexenio pasado, que no llamaron a cuentas a la Primera Dama para impedirle que protegiera a su prima Altagracia? Una de las responsables de habilitar como estancia el bodegón donde murieron las inocentes víctimas.

Además, y en la peor de las desvergüenzas, fue el propio Calderón el que vetó la Ley de Víctimas, descongelada y aprobada en diciembre pasado por Enrique Peña Nieto. Ahora, como otros tantos “patrioteros” se rasgan las vestiduras y se abrogan el derecho de enjuiciar a los Ministros de la Corte. Si tuvieran una pizca de congruencia, y vergüenza, deberían exigir que García Luna respondiera por su protagonismo y ambición personal, que permitieron que Cassez esté caminando libre por las calles de París. Por supuesto que hay responsables, pero no lo son los Ministros de la Corte. Y no se vale que lejos de recapitular sobre los verdaderos orígenes del torcido asunto, se manipule a la gente en un linchamiento que no tiene sentido.

Si acaso, habrá que reprocharles a los miembros del Alto Tribunal, su falta de valor por no hacer valer el Estado de Derecho en contra de las presiones y las consignas de Calderón Hinojosa, que como se ha evidenciado, dejó en el asunto de Cassez uno de los tantos lastres al nuevo gobierno. De risa que ahora la gente de Acción Nacional, convertida en una menguada oposición con una simbólica adherencia, quiera transferir tal responsabilidad a los priístas.

Insisto: la liberación de Florence Cassez, a mí parecer injusta, debe servir de ejemplo para no colocar en altos cargos de los mandos policiacos a personajes corruptos e ineptos como Genaro García Luna. No se puede combatir a los delincuentes actuando como ellos. Y es cierto, como señalan diversos juristas, la Corte aplicó la ley, pero no hizo justicia. Debemos aprender de tan monstruoso error para no tropezar con la misma piedra. Nuestro país y las víctimas del delito, no lo merecen.

BUENAS EXPECTATIVAS DE FUNCIONARIOS DE ECATEPEC.- Como un acierto se considera la designación de Jorge Luis Zúñiga como Director de Educación y Cultura en el nuevo gobierno municipal que encabeza Pablo Bedolla López.

El entusiasta funcionario tiene en sus manos echar a andar, en el aspecto cultural, una de las áreas que si bien han sido atendidas en las últimas administraciones no han permeado entre la sociedad ecatepequense, aún cuando el municipio tiene una importante población de jóvenes que reclama atractivos programas culturales que les permitan cimentar su educación.

Zúñiga cuenta además con buenos contactos y relaciones en el Comité Ejecutivo Nacional del PRI, uno de ellos, Raúl García, que seguramente le ayudarán a llevar a buen término sus proyectos.

Nuestro correo electrónico: garrasleo6@yahoo.com.mx

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