Directorio

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lunes, 8 de octubre de 2012

TEMA LIBRE

Por I. León Montesinos

* Bedolla y el dilema de las soluciones extremas

* Los narcos le perdieron el respeto a los políticos

* Trabajadores deben denunciar a líderes del SUTEYM


TEMA LIBRE, Ecatepec; Méx.- Nadie puede negar que la agenda política más importante del país ya no es tanto la situación social sino el problema de la inseguridad y su eminente combate al narco. El asesinato de José Eduardo Moreira Rodríguez, hijo del ex gobernador de Coahuila y ex dirigente nacional del PRI, Humberto Moreira y la amenaza realizada por integrantes de la Familia Michoacana en contra del alcalde de Teloloapan, Guerrero, Ignacio de Jesús Valladares Salgado, difundida a través de un video, son lamentables hechos que vienen a sumarse a la tétrica lista de calamidades mostrando la fuerza, penetración e impunidad con que opera el crimen organizado en todo el país.

Lo mismo en los municipios apartados que en las grandes ciudades, los capos y sus células han terminado por adueñarse de la situación al grado de que ya en el equipo de transición de Enrique Peña Nieto se estudia a conciencia la integración de una fuerza especial anticrimen como lo anunció en Monterrey, Miguel ángel Osorio Chong.

Los barones de la droga han terminado por perderle el respeto a los políticos sean del partido que sean, y esto en buena medida, como lo hemos comentado con anterioridad en éste espacio, por la innegable penetración que han logrado tener no sólo en los cuerpos policiacos sino en los mismos órganos de gobierno, gracias al poder corruptor que les da el dinero.

El ciudadano común se pregunta azorado si las autoridades han perdido ya la batalla contra el narco. Cada día es más frecuente ver cómo operan a plena luz del día los narcomenudistas, en su mayoría jóvenes menores de edad, y los integrantes de las células de los diversos cárteles cobrando con todo cinismo extorsiones y derechos de piso a comerciantes y prestadores de servicios. Y lo más indignante, en las propias narices de los policías. La gente ya ni siquiera se atreve a denunciar por temor a las represalias pues sabe que hacerlo es ponerse en la mira de los delincuentes a través de los propios guardianes del orden que hacen las veces de sus informantes y protectores.

En enero próximo, Pablo Bedolla tomará las riendas de un municipio que como Ecatepec se encuentra convertido en un auténtico polvorín a punto de estallar; los signos que así lo anuncian están por todos lados y se suceden todos los días amenazando repetir aquí la historia sucedida hace una década en Nezahualcóyotl cuando el entonces alcalde Héctor Bautista López, debió tocar en un franco S.O.S, a las puertas de las autoridades federales ante el desatado crecimiento del Cártel de la peligrosa Ma´Baker, cuya influencia llegó a controlar la vida de todos los habitantes de esa conflictiva zona. Aunque el Cártel de Neza fue desarticulado no tardaron en llegar a la pelea por el control del jugoso botín de la venta de drogas y ahora de las extorsiones, organizaciones delictivas como la Familia Michoacana, la misma que con el mayor de los cinismos amenazó al alcalde de Teloloapan y que se ha infiltrado en diversos municipios del Estado de México.

¿Tiene ya Pablo Bedolla una radiografía de cómo opera el crimen organizado en Ecatepec? ¿Actuará de manera independiente en la confección de sus acciones de gobierno o se dejará influenciar por algunos “iluminados” que desde Toluca ya piensan en cómo dirigir a control remoto, y de manera irresponsable, a Ecatepec? ¿Irá de la mano de la sociedad en el combate a la delincuencia o seguirá la equivocada ruta hasta ahora seguida por sus antecesores? ¿Cómo pensará depurar los mandos policiacos y colocar al frente de los mismos a la gente idónea que no se deje ni intimidar ni corromper por el crimen organizado y que, sobre todo, conozca a fondo el municipio?

No hay duda de que Pablo Bedolla, como muchos otros alcaldes que habrán de tomar posesión en los próximos meses, se enfrenta al dilema de las soluciones extremas que no admitirán tibiezas ni dilaciones. La sociedad está en los límites de la desesperación como lo ha expresado en mantas de muchas colonias donde advierten a los delincuentes que actuarán por cuenta propia ante la inoperancia de los cuerpos policiales, también solicitan de manera urgente la presencia del ejército para patrullar las calles, propiedad de bandas de pillos, pues le han perdido la confianza a sus policías.

Tampoco debe pasarse por alto que el reto a enfrentar es gigantesco por el tamaño no sólo geográfico sino demográfico del municipio, no por algo Ecatepec es el ayuntamiento más grande del país, lo que requerirá de una coordinación con las fuerzas estatales y federales para atacar por todos los flancos posibles a las células que operan por todas las colonias, barrios y pueblos ecatepequenses. Además requerirá de mayores apoyos mediante el SUBSEMUN para dotar de más unidades y equipos a las fuerzas municipales.

El próximo alcalde conoce como la palma de la mano a Ecatepec, lo ha recorrido de punta a punta y sabe dónde y qué le duele al municipio, por lo que desde aquí consideramos que va siendo hora de que sume a la sociedad en la confección de sus acciones a seguir en un problema tan delicado e inexcusable como lo es la seguridad, mismo que para su solución integral requiere de otro tipo de acciones y programas de índole social.

Es lamentable que como en el resto del país, el crimen organizado sume a sus filas a cientos de jóvenes ecatepequenses que por la falta de oportunidades laborales y de estudio no encuentran oportunidades para salir adelante, muchachos que deben abandonar las aulas por problema económicos ante la apremiante necesidad de sus familias. Ése círculo vicioso de la marginación social que le cae como anillo al dedo al crimen organizado pues de ahí se nutre para su ejército de halcones, burreros y sicarios.

Es necesario que el nuevo gobierno local implemente programas de capacitación y becas para la juventud, pero también se avoque a la creación de empleos para que los jefes de familia puedan evitar la desintegración de sus familias; deben recuperarse los espacios públicos y la creación de nuevos parques y espacios deportivos manteniendo en los mismos una constante vigilancia para evitar que se conviertan en nido de delincuentes y no en lugares de sano esparcimiento.

De la mano de la sociedad puede fomentarse la cultura de la denuncia para que de raíz empiece a desintegrarse a las células de los cárteles. Si las nuevas autoridades entienden que a través de la extorsión y el cobro de piso la delincuencia organizada se está nutriendo de millonarios recursos, incluso superiores a la venta de drogas, se podrá comenzar a minar su poder corruptor que además, ocasiona daños colaterales a la economía de los municipios como lo es el cierre de empresas y comercios que dan trabajo a miles de personas.

Pero para ello, Pablo Bedolla debe ganarse nuevamente la confianza de los ciudadanos a favor de los organismos de seguridad para que sean los comités vecinales los que evalúen el desempeño de los cuerpos policiales. Es cierto que va siendo hora de que también desde Toluca, se ponga orden a la policía estatal, tan dada a actos de corrupción y de enfrentamientos estériles con las policías municipales. Es hora de alzar la voz para que desde la primera instancia de gobierno que es el nivel municipal se corrijan las fallas y se hagan las denuncias correspondientes.

Y para ello se necesita de manera imprescindible que gobierno y sociedad vayan de la mano. Sencillamente, no hay de otra. La sociedad agraviada quiere colaborar pero desea que se le tome en cuenta como principal afectada pues su hartazgo está más que justificado al sufrir asaltos en el transporte público, e incluso, en la esquina de su propia calle. Conoce el rostro de sus agresores, de quiénes pasan por el cobro de piso cada mes o cada quincena, pero no se atreve a denunciar pues sabe de las graves implicaciones.

Estamos seguros que muchos policías desearían servir a esa sociedad que les ha perdido la confianza, pero muchas veces sus propios jefes son los que llegan a arreglos monetarios con los capos que controlan la plaza y se ponen a su servicio. Algunos elementos honestos quisieran que las cosas cambiaran pero cuando se atreven a alzar la voz y denunciar ante los medios, son cesados de inmediato.

Y algo hay que hacer ya, algo tendrá que hacer en breve Pablo Bedolla pues es inaplazable que se ponga orden al caos que ya amenaza con devorar al municipio. Por eso, valdría la pena que empezara a acercarse a la sociedad, que informe si ya tiene pensando que hacer sobre el tema de la inseguridad, que Ecatepec sepa que su próximo alcalde estará caminando al lado de la gente y que luchará por gobernar de manera autónoma y responsable ante probables y caprichosos designios de gente que no entiende, o cierra torpemente los ojos, ante la grave problemática que enfrenta Ecatepec. Y enero está ya a la vuelta de la esquina.

COMENTARIOS A LOS LÍDERES PILLOS.- La revelación hecha por Mexiquense sobre la corrupción que priva entre los líderes del SUTEYM, sección Ecatepec, debe llevar a los afiliados de ése sindicato a entablar las denuncias en contra de sus líderes por desvío de fondos y enriquecimiento inexplicable.

Censurable en todos los sentidos el que ex trabajadores que por azares de la política sindical lograron acceder a cargos sindicales, se hayan corrompido utilizando como punta de lanza para sus intereses personales a sus propios compañeros. Tales son los casos de Braulio Pacheco Hernández, Ramiro Ibarra Cortez y Dámaso Mondragón Hinojosa, quienes además entre sus “negociaciones personales” con el ayuntamiento, lograron obtener sueldos de 40 mil pesos mensuales.

Estos líderes venales que ahora gozan de inmerecidas fortunas deben responder ante sus bases las cuales no reciben mayores beneficios en el entendido de que son utilizados para que unos cuantos vivales se enriquezcan a sus costillas. Los trabajadores tienen pues la palabra, las pruebas reveladas en Mexiquense son contundentes. Y en justicia, esos pillos deben ir a prisión.

Agradecemos sus comentarios a nuestro correo: garrasleo6@yahoo.com.mx

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