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lunes, 10 de septiembre de 2012

NUEVO PARTIDO

Por Elios Edmundo Pérez Márquez

Ecatepec, Méx.- El problema, como yo lo veo, no es irse del o quedarse en el PRD. Principalmente, es un problema de principios y eficiencia: hacer las cosas por convicción, pero como decía Heberto Castillo:”hacerlas bien o mejor ni intentarlas”; algo que, por razones que ya no viene al caso comentar, se perdió en este Partido que nació para transformar la realidad, y la realidad acabó por devorarlo y convertirlo en una masa amorfa que no sabe adónde va.

Muchas son las historias que se cuentan acerca de la impuntualidad de los miembros de este partido, del protagonismo de muchos de sus dirigentes, de la simulación que realizan muchos otros, de la forma en que aprovechan su filiación partidaria para negociar con los gobiernos y obtener canonjías y prebendas, de su mala relación con la sociedad pero, sobre todo, de la ineficiencia en todas las actividades que realizan, su incapacidad, mezclada con ignorancia y cerrazón, ya que, al creer que todo lo saben, no quieren aprender más y, la verdad, es que no saben nada, como quedó demostrado en la anterior contienda electoral.

En las redes sociales se da cuenta de la falta de preparación (y no me refiero a la académica) de sus afiliados que, no sólo desconocen lo más elemental de la redacción, sino además, violan las más elementales reglas de la ortografía; desconocen la historia del Partido y sus antecedentes; no saben por qué y para qué se formó el PRD, ignoran dónde termina su organización social, y empieza el Partido, y se niegan a respetar la ley pues, en muchos casos, son meros gestores que tramitan permisos para que, algunos vehículos, puedan circular todos los días y los ciudadanos aprovechen las promociones que promueve el gobierno municipal.

El problema no es que AMLO se vaya o se quede en el PRD. El problema es, entre muchas otras cosas, un problema estructural. Conozco compañeros de Ecatepec que tienen 5, 10, 15 o 20 años de afiliados, y nunca los he visto realizar una sola actividad de partido; de ahí, que no puedan aportar mucho cuando se les designa dirigentes o candidatos y, menos aun, cuando llegan a ser representantes populares. Sin embargo, se reclaman perredistas, se asumen, se cortan las venas por el PRD aunque, en los hechos, su corazón y su interés, está en una organización social, en la que mandan y disponen pues, al interior del partido, no han logrado destacar.

Nunca se reúnen, nunca debaten, nunca se ponen de acuerdo, con lo cual, son fácil presa del poder, que no se tienta el corazón para corromperlos, y los corrompe. El sistema es perverso por naturaleza y sabe qué darle a cada quién, para que se olvide de sus principios y objetivos.

Hay políticos malos y malos políticos, decía Hank González.; los del PRD son malos políticos, no juegan a ganar, es más, no juegan, se la pasan en cascaritas de banqueta, porque les aterra tener que dialogar y reconocer que, como en todo grupo humano, hay buenos y malos; más les aterra ser convencidos por sus propios compañeros y verse obligados a prepararse y hacer buenos discursos, escribir, elaborar, proponer y discernir entre el bien y el mal, y no sólo gritar en las marchas o aplaudir cuando habla su “referente”.

En todo caso, como yo lo veo, no estaría mal que se realizara una consulta ciudadana y las bases, para ver si El PRD se convierte en Partido Político y deje de ser una confederación de tribus y grupos de interés.

eliosedmundo@hotmail.com

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