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lunes, 13 de agosto de 2012

Y de pronto México se convirtió en una fiesta

México DF.- Miles de mexicanos que se volcaron a las calles para celebrar que por primera vez en la historia el seleccionado olímpico logró una medalla de oro, al derrotar dos por uno a los jóvenes de Brasil.

Fueron 90 minutos, en los que ya sabía todo el país que teníamos la medalla de plata, pero con la confianza que le han dado estos muchachos al futbol es que hicieron soñar a toda una nación que era posible el oro.

Tal vez por eso las calles lucieron el sábado por la mañana semidesiertas, mientras los jóvenes del seleccionado olímpico mexicano se enfrentaban en un partido que era visto con atención en cafés, restaurantes, en casas entre grupos de amigos y hasta en reuniones de trabajo.

Al menos así se percibió cuando en los primeros segundos un grito de felicidad cimbró la ciudad al caer el primer gol de México, lo que fue celebrado por automovilistas que con bocinazos hicieron saber que el marcador iba arriba, al menos para los aficionados a este deporte.

El segundo gol no sólo trajo mayor confianza, hizo ver que el sueño era realidad, quizá por ello la idea de salir al Angel empezó a ser más fuerte, sin importar que cayera un gol contrario, pues al final México hizo lo imposible.

Y claro, cómo podía faltar, de inmediato desde todos los puntos del valle de México la gente empezó a trasladarse al Paseo de la Reforma con rumbo al Angel de la Independencia.

Ríos conformados por hombres, mujeres, familias completas, parejas, grupos de amigos, que sacaron del clóset playeras verdes, sombreros, banderas o cualquier cosa que sirviera para demostrar ese nacionalismo que sabe tan bien cuando se gana.

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